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20 EJEMPLO.-El Beato Félix de Nicosia, religioso Capuchino, era mu!l! devoto de la Inmaculada Virgen María Y' aconsejaba encarecidamente que a 'Ella se ,encom,mdasen, ·ex}]Olrtando a. las familias que cada día honrasen a la Virgen con el rezo del santo :Rosario, dicj,,zndo a Jos padres: Criad a vuestros hijos en la devoción verdadera a la Madre de Dios .y1. estad segurns .que 1'sacaréis grandes ventajas, pues tendréis hijos que os h01nrarán, consolarán y1 alegrarán vuestra ancianidad. Enseñaba también a revetir estas jaculatorias: «¡Mil veces sea alabada María Inmaculada!., ¡Bendita sea la hora en que nació la M.adlr,e de Dios!, ¡ Rlabada ·sea noche y: día la pureza de María! , ¡ Av,e .M.aría purísima!.» · María, María, os am:0: de veras. Adiós. Manda a tu affmo. en Jesús, María y, José, P. PACIFICO CARTA V Los Angeles en el cielo amlmn y h'o,nran a la Virgen María Y' nos convirlaan a su amor y cullo. Queridó joven: Me dices en la tuy1a que mis cartas te alien– tan a am:~r Y' ho[nr,a,r a la Madre de Dios. A'\e comp,lace; y 1 en la presente te prop,01ngo por modelo de su amoir ~ los Ang,e1es del cielo. Lee atento. Después ·de la gloriosa ascensión de Jesucristo a los cie}os, por su propia virtud, quedó en la tierra su santísima Madre María para velar p'or la nueva Iglesia y, la f.e Y' para ,aconS{l· jar a los Apóstoles que a EJ!.a acudían en todas sus d1.1das Y' di– ficultades, d:ejándoles consolados y, tranquilos. La Virgen vivía en ~l mundo; pero su corazón ,estaba en el cielo con su divino Hijo, a quien tan entrañablem~nte amaba. Por fin ,llegó el momento de acabar su peregrinación; y a,quel vqlcán encendidísinm de amor divino que ardía en su corazón y, que ooimenzó desde el primer instante de su inmacu– lada conceución en el· seno de su madre Santa A:na fué siemnre creciendo 'fo indecible \,JI k causó· 1a muert,e más foliz Y' dichosa. Sí: el amor divino cortó el hilo de su pr,eciosa vida: pues como dijo San Ildefonso, María Santísima 110 debía morir o dlebía morir de amor. Su alma purisi'ma voló inmed'iatanrente al cie101 yi luego dles– cendió del cielo su santísimo Hijo .,acompañado de toda la corte celestial, y: llev'ó a la gloria su purísimo y virginal cuerpo, y,a resucitado y hermosísimo con los cuatro dotes de gloria. ¡ Oh qué feliz momento en que la Madre de Dios entra gloriosa en la patria é?lestial para jamás ab~ndlonarlat· . · Esta ~s la primera vez que en la gloria se vió el humano, gé– nero exaltado sobre , los coros de Angeles, Querubines y1 Se.,

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