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16 mejor c0tnsejera y, alentadora en tan grande ·empr,esa de predi– car el Evangelio ,en to,dio el mundo. Cuando murió la Virgen, milagrosamente se reuni~ron ,en derredor su90 todos los Apóstol-es, que recibieron su maternal bendición. Preservó su virginal cuerpo de la corrupción del se'– pulcro, resucitándola !:J' llevá;ndola al cielo en cuerpo yr arma, 1aolm:o lo definió el Papa Pio, XII el día 1.º die noviembre ele 1950 .11· es yía verdad de f.e divina. En la gloria La sentó en trorno r,eal muy1 cerca d~ Sí; 1¡¡_ coronó o:ar Reina: .H Emp·eratriz de los nueve coros de los R:n.,qeles .!J! de todos los Bienaventuradfos. La oonstituyró tesorera !:J· r ,ep.ar 'tidor;a: .1ª ,su voluntad ..die todos los tesoros de (;Tracias ae su sa_gradla vida 11' pasión ,gue son infinitos, a fin die que Ella los distribuyla' a l,as almas justas Y' pecadoras. En el trono especialísimo ,en que la sentó en el cielo, la hiz-a Madne, A1mlp,aro, Refugio, y Defensa segurísima de todos los hombres; y, es. su ardiente deseo, que todos la amemo~, honremos !JI a Ella acudamos con toda confianza. Aculdfan a María las a~m!as f,ervorosas y1 santas, a fin ,de que Ella les conceda su fav.or .!:J'. perseverancia en el bien obrar. Acudan las almas entregadlas a la culpa, esclavas de sus indómitas y diesgmliadas pasiones, para que la Virgen les alar• gue su mano cariñ.o;sa yr arrep•entidos, se vuelvan a Dios de tod'o corazón. Sí, sí, acurdla a Ella el pecadoll' que dlesea convertirse. Cuánto ama y1 desea Jesús la eimltación de su Santfsima Madre lo declaran las millonadas de ,corazones enamorados de la Virgen; los .sacrifici,os, ay 1 unos y penitencias que ·¡:¡ara comJ– placerla voluntariamente se implD'nen; 1os cultos solemnísimos que en todias partes se le tributan; las Co:ngregaciones y, Cofraf– d'ías establecidas en su honor; las novenas, rosarios, lriduots, procesiones, ,escapularios medlallas, y1 hábitos religiosos; Ia:s imágenes, cuad'ros, medallas y. libliOS escritos en su honor..• Sabemos tarn:bién que en toid:o el mundo cristiano hayt infi.– nidad de santuarios ,muy, famosos Y' concurridos, como el Pilar de Zarag:oza_ Covadonga, Lourd'es, Fátima..., dedicados expre'– samente a honra y, culto, die la gran Madre de Di:os, con herf, masas y milagrosas imágenes, adlondie acuden millonadas de fieles ,en devotas, fervientes y1 ,entusiastas peregrinaciones pa 1- rroquiales, regLona:Ies,. nacionales !:l' universales, como vep,etidias veces 'hemos visto y1 sentidlo en el fondo die nuestra alma. ¿Qué iudka todo esto? Trazas amantes del _divino Jesús ·para honrar a su queridia Madre y- ha:er q¡ue f,oido el mundfo ia ame l.JI a Ella acllJdía y se encomi,ende. Eso habla con elocuencia ava:c salladora, ya que no se m!ueve la hoja dlel árbol, ni cae el ca– bello die ta cabeza sin el pel 'mi.so de Dio!s; y J,esucrlsto ,es Dios. Joven queridiu: imita a Jesucristo amando miUcho a la San– tísima Virgen María, !J! no ,te arrepentirás. EJBMPLO.-Refiere el B. Alano que una señma llamada Dominica rezaba todios !.os días su santo Rosario, más luego lo fu:é poco· a ,poco abandionando y1 cayó en tan gran pobreza que un ciía desespera~a ~ d~ó tres cuchilladas.

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