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- 15 - En el amor !JI 'hloh11.1a a su Santísima Madre la Virgen Mat1ía es modelo acabado. Parece sup,erfluo decir que Jesucristo amó, ama !:J! honra Jl su Purísima Madre, y sóloi lo i:ndic.aré corn,o de pas:o, piara estímuloi nuestro en amarla y1 'honrarla. La amó y ho,nró. en vida, al mo 1 rir y también ,ah9ra la honra. Veámoslo. Es verdad de fe divina qu,e Ia Santlsima Virgen María es verdadera Madre d~ Jesucristo; porque die su purísima sangr·e, en sus purísimas yi virginales entrañas, siin concurso de varón;, el Espíritu Sant.o formó el cuerpo del Niño Jesús. Así, pues, Jesucristo. ,es ve11dradlero Hijo de la Virg,en María. El am;o!r a la propia madre. 1 es natural y, •está homfümente enclavado en La :ffilisma naturaleza, aun en los mism 1 os irrado,– nales. ¿No es v,erdad die todos conocida? Siendlo Jesucristo, ,el mejor de todJois los hijos, comprenderé cuánto amaría !Ji h~nrar~a, a su Madre, Virgen sin mancilla, que milagrosamente y, de una m,anera tan divina le dió el ser humat. no co,rporal. ¿Qué no hfao, Jesucristo por su Purísima y1 Santísima MaF d're durante todio .el tiempo de su vida acá en ,el U.erra, al morir y después durante .cerca die ctros mil años? Respondan ,eI :santo Evangelio y1 la Historia. El santo Evat:tgelio en tres p•alabras compendia todo cuanto puede decirse . d~l am!o\r y, ho1nra que Jesús dió a su .Santísima M:a¡dlre y1 a San José, cuandlo dice: Et erat sub'd~tus illis (San Lucas, 2, 51.): «Y les estaba suj,eto». Aquí obedece el Criador a la criatura, D!Ols al h'olmibre. ¡Ah! La ob1ig1ación de los hijos para c;on sus p1adres es m:uyi sagriaaa , Y' Jesús de ello, nos dió ejemplo. El 'humildisimo Redentm que siemp•re amó y1 honró tanto a los que nada d!ebÍia¡ y1 aú(n' a sus mismos ,ene1nigo1s ¡¡1 de ello nos impuso un grí].ve p-reoepto_ dici,end'o: Diligite. lnim'icos v1estros, benefacite his qui odierunt vos. (San Mateo, 5, 44): · «Amlad: a, vuestros e111em'igos; hacedf Mein a los que os ,aborrecen.. ~» ¿cómo no habría de amar, homar, obedleoer y1 1ayudar a su verdadera Madre la Virgen María? ¿Cómo no1 había die desear y1 agradle– cer que toido1s 1e imitáramos en ese amiolr _¡;¡1 'h,onr'a a su tan que– rida Madre? Jesús niño y1 jlO!vencit,o, aunque Hombr,e Dios, amó, honró !J siempre fué oonsuelo '.P'ara su bendita Mád're María. El primer milagro que hizo1 Jesú~.. convirtiet:tdlo el agua en vino en las bodas die Caná. lo hizo a ruegos de su Madlre. Por el amo¡r y1 cui:dlaJdo que. de Ella tuvo, estando pendiente en la cruz para redfemir al género hum 1 ano,, le dejó ,a'.mlp,aro; pues dioe el santo E~angeli¡o,: H,ab'ielido mJirado,, p1ues, J,esús a su Marlne y a.l discíputo que él amlab'a, el cual estaba µllí (junto a la cruz), rl!ie;e a su Madre: Mu;er, dh'í llenes a tu hijo. Des. pués die.e al discíprufo: Ak 1 í tienes a tu Madre. Y desdlJ aqu,el punto la tttv:o consigo en su casa (San Juan, 19, 26, 27). Luego die resucitaJdio, se 1e ap,areció glorioso para consolarla. Antes de subir al cielo le oornfió la ayiuda a sus Apóstoles en 1 el · establecimi,enbo y, gobie11no de la Santa Iglesia, que El fmdo:, para continuar su mi:sión de salvar 1as almas, siendlo, El1a su

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