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encanto die nuestras alma¡s e im:a1n :die los. corazones! ¡ Aclliós, ,eni. belesa y, g1o,r1a dlel cie1ol ¡ Adiós, consuelo 1 y1 amof! fAdiós! ¡ Adiós.! Hast,a luego que allá ir,emos... Joven amado: ¿Qué puedle la 1engua humana dlecir de la triunfante entracla d 1 e .María ,en la glor1a y, die su coronación por mano de las tres d'ivinas personas die la .Heatísim:a Trinidadl? El Eterno Padre coronó a su hija. Bl Hij,o, a su virg~nal Madre. El Espíritu Santo a su ce1estial esposa, toda trans. formada en su· purísimo amor. •¡Ah! ¡ Qué inm!ensa gloria la de la Madre de Dios! Sobre ,aquella virg.inal fr.ente, más pura y1 hermosa que el cielo, re~planclecier,on a¡ mismo ticm'p:o la corona die Virgein; la cor.o.na die .Madlre die Dios; la corona de Santa; La camina de Nl.ártir; la corona d'e Apóstol; la coro.na die R,eina y, Elmp,e. ratriz de cielos y1 ti,erra. En la Asunción y1 corn1J_ac¡ón de la Virg.en ,en ,el cielo hay cosas tan granclles,. tan suntuo,sa:s y1 -estupendas', que ni ,el ojo vió., ni el oído oy1ó,, ni ,el corazón ,acertó a desear tanto bien. Además si 1a r,ecomp,ensa debe igualar en ·to.d!a justicia a)· mérito, y La gl,oria diebe ser prop,orcionada a la vtrtud y, san. tidad, ·siendo el mérito, la virtud y 1 san:tidlad de la Virgm sa. cratísima sup,enor a cuanto puede imaginarse, co:mlp,réindese Cuán– ta s,erá .su gloria. No está;, ni puede estar a L.a altura die Dto:s; pero., ,es supefto,r ,a tocio lo que n,b es _,el rrítsmlO Dios. · María Santísima, en virtud cie su divina Miffterinid;adl,, par– ticipa die..un modio, grandioso· y, prodi¡:i1oso 'de la g1randeza del P.adre ceiestial, die la excelencia d:C su divino Hijo y1 de los dones del Espíritu Santo,. que ,es ,el cen1Jro dlel amor, :él mismo amor.' Dime, joven; Si ,esa Virg,en stngular llamló tall1'to Ia atención de los· p,ensamLéntos· ekr.no :s die la Beatísimla Tri:nidlad!, .antes que die la nada produjese criatura alguna ,en ,el ordie;n natural y, sobre– natirnaJ; ¿qué .haria Dios cuando al filn de su periegrinadó:n ,acá en la tierra, la vió Hena :d!e méri:to1s y1 de santidladi, rdna de todas. las virtud\!s,. Señora · y1 Emp,eratrii die los Angeles,, de los nombres, y, Madre de su dlivino Hijo J,esuristo? Esa cuenta échela quien pued!a. . Nadla puedle •extrañarnos que Ios mismos Arcáng,e1es !:JI. Sera. fines, extasiados ante ,el exoelso trono die María,, hagan .esta P'l'eJ gunta: . «¿ Qiiae est is'ta? » ¿Quién es ,esta mujer prodi 0 ,iosa, cuyo respfancior y, gloria ecli'psa la hermosu¡1a Y' brmantei d~ lqs cie~ los .!:Ji jamás·se vió por ,estas regiones d~ g'1ória cosa parecidla? ¡ Cuánta grnn'dieza !. . · . · San Pedro Damiano., co:rnpamnicio la Asunción die la Virg,en con la Ascenstó:n die Jesús a lo:s delos d'ioe que la cle la Santí– sima Virgen fué más s0Iemf111e y1 'm 1áJs ,g'loriosa, p,oré¡ue, al encnen. tro del divino Redlentor sólo vinieron los Acngieles, y1 a recibir a María salió Jesús, füiy1 de la gloria, acompañad 1 o die los nueve coros ele los f\ng,e1es y1 mucho1s ,escuadir,o:n,es die sa:ntos que estaban en el cielo. ¡Ah! ,i Qué !,e d¡rí,a su esposo San José al v:er que, triuufante de gloria, ,entraba en el cielo ,para ser coro,nadla Rei- na de todo el Paraíso? _ ¿Cómo cdebrarían su f.elicidac\! sus padir,es San Joaquín y,

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