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- 163 completo de la razón, comienzó a hacer oración y1 jam!ás la in– terrumpió. Del verdadero Y' ,entr.añabk amor que tenía. a la oración y1 trato con el Señor, nadó ,el que p·rofesase mucho am:or al retiro Y' soLediadl, dlondle Dios ,se comunida a las alm:as. Paria darse más a ella,. siend!o niña die tres. año~,, se retiró al templo <líe Jerusalén y1 allí,. adlemás die !as horas que d!ura1nte el dfa1. ,empieaba ,en la oradáin, s,e Levantaba a media noche e iba :a postrarse ante· el altar del temp.Jo, para presentar sus ruegos al Señor, como EUa se h r,eve'l\ó a Santa Isiabel. Igualmente reveló la Virgen a Santa Brígidia, que por el amor g·randíe que tenía a la oradó:rt y1 trato ooin Dios. d!esdie el clía que ,entr.ó ,en el templo se abstuvo die todlo trato y1 conver– sación con las personas, hasta die sus pa:dlr,es, 'San Vicente F,err,er confirma eso mislmo, cuando dice:« que 1a Madre die Dios jamás salía die casa sino cuando iba al tem– plo, y1 entonces oamrnaba muy, compnes,ta y1 r,e,catada, siemtp're con ,,los ojos puestos en Ja tierra». En profunda contempladón estaba cuan.dio el Arcángel San Gabriel 1e ,anunció ,el misterio die la E:ncarnación c!lel Hijo die Dios en su purísimo seno. Dice San Ligorio: Según ,el común sentir de Los too,Iogos aún estando María en ,el seno materno, al r,ecibir la gracia san– tificante ,en tanta abundancia, r,ecibi,ó al mismo tie1mlpo peref,cto uso die razón; luces celestiales muy, extraord!inarias proporcio– nadas a las gracias recibidas, quedlando su ,enten;diimhmto lleno de luz !JI conocimientos claros die las verdfadfes de la fe, die los misterios die la religión, el~ la grandleza Y! p1erfecctones i:nfinitas die Dios, die su infinita hermosura, boindlad:, sabidiuria, poder, amabilidad y¡ santidJadl, !J' los millones tl:e títulos o razones que tiene p;ar,a ser amado dfe todas 1as críaturas, y 1 principa1mkm1Je de Bllia, p-or las singular,es y ,excep,cionales ,giraciais y1 :dlones 001n que la enriquecLó., preservándola die ,la mancha die la ·cuJ¡pa orig¡nal, d.erramandlo sobre .Ellla la p1enitudi Qle su girada, pr:e· destinándola para ser .Madir•e die Dios !:!' Reina· die delos y1 ti-erra. Desde aquel primer instante d!e su vida comenz,ó, a ser contemplativa, volando su alma al Señor, a!mándiote sin cesar, acr.eC:entando cada vez más los tncend!ios die sü am1or, aplic!fü-1'– dose diesct:e ,ento.noes a agrndiar y, comp,lacer .al Señor, sin p,er- , der un solo momlento en que no viviese inti'm'amente unidla con el amadio de. su ah111a. · No debe par,eoernos extraño, pues, como d'ice la V. Madre Agrerla, ,en ,el primer inst•a:nbe oe su conoepciórn inttn1aculad'a le concedió el Señor el uso perfectís¡mó d:e razón, en proporción a las gracias que había r,ecibidio; 1J dlesdie aquel primer m'olmlento die su ,existencia le dió a conooer abstractivamente su divini– diacf, .su gr.andleza, hermosura, bondád, omrnipotencia y! d'e'm'ás perf.ecciones infinitas; de modo que quedaron imp:r.esas en su alma las grandezas cJiel Señor ct:esdle aquel primer insta:nte d!e su vidia; gracia que se renoVíó en Eilla frecuentem~nte dlurantíe toda su vida, ocup,ad 1 a en altísima contem1p¡ladól11: ,e mcesantes peticio:-

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