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- 160 En este mundo hay' miuchos que son: Ricos, ricos. Ricos, pó.– bres. Pobres, ricos. Pobres, pobr,es. Son ricos, rico,s lo,s que poseen _riquezas Y' no tienen ,el corazón pegado a ellas. Son ricos, p.óbres, los naos que tienen su cora2lón pegado a esas riquezas. Son ,p,obr,es, ricos, los ,pobr,es, que no Uenen bienes cle fortuna ni los ambicio1rn:n, llevando con paciell'Cia y1 conformi– dad a la volµntad de Dios su escasez y, penuria. · Pueden ser santos. Soti ·p.obres, pobres (cfos vece:s') los pobres que carecen de ,esos bienes temporales, pero tienen su corazón lleno de am– bición por ellos, y1 ,envidian la su011te die los rioo,s Y' acaso se quej,en ele Dios. ·La única santa ambición y1 ardiente dleseo que la Virgen María tuvo en ,este munclo ,fué: 1lm 1 ar a Dios oon toda su alma, vida y corazón. Y 1o consiguió en absoluto. Imitémosla. · Dice San Bernarclo: «Del oro que le ,ofr,ecieron los Magos y1 que debió ser ,en cantrdlad notable, como convenía a su real magnificencia, ,nacla se t,eservó para sí, sino que, por med[o die San José, 1o distribuyió entr,e los pobr,es». Por eso la ofrend'a que luego hizo al pr,esentarse en et te111:p'lo, 1no fué de persona aco– modadia y, rica, sino dos tó,rtólas o palominos, com,o ofrecían los ¡p.obres. (S. Luc., 2, ;24). '· 10h, amado joven!. ¡ Cuánta fué la virtudl _ele )a pobreza die la Madre díe Dios! Hay: dos clases id:e pobreza de espíritu. La pobreza ,efectiva y1 la pobr,eza afectfva. Por la pobreza ,efectiva se ,_r,enuncía a la propiedad! de .los bienes terr,enos, como haoen los religiosos¡,, Qn su profosLón(. La pobreza afectiva consiste en desprender Lnteriormente -el co:– razón de los Menes tempor,ales que se lpos,ee o se -e~p,era po– seer. No pdva de la propiedad die '.ellos, sino cFel afocto a e11os. Dice San Bernardo: La pobr,eza soja no ;es virtucl; pero el :amor !a la pobreza ,es ,más que una .virtud, -es una bienaventu– ranza, precisamente la primera, camio dijo Jesucristo: «Bienaven,– turados los pob?es de esP'Íritu, porque 'd!,e ellos es el reino de los áelos». (S. Mateo, 5,, 3). Los verdaderos pobr-es de -espíritu, si poseen bienes tempo'– rales, dan gracias a Dios por habérselos diado,, cuidan de ellos. como fieles aclministrad:or,es, no los malgasta1nl, usan c1e ellos mo. deradlament,e, se ocupan de su cons:ervaciórn y1 justo au:mentb. como verdaderos mayiordomlos die Dios, por amor die Dios Y' pór la carM·act del prójimo. Así se hacen los santos. Así obraba la Excelsa Madre dfe Dios. Amado joven: Debemos advertir, que tocio ese desprendi- -miento santo de la Santísima .Virg0n de 1las cosas terr,enas, no aumentaba la ociosid'adl, ni el descuid 1 o en la c;ons,ervación y aumento justo g prudente die lo que Billa tenía Y' usaba para sus necesidades, las de su diVino Hlijo y, San José su esposo; al contrario, considlerá:n 1 do:se ·como administradbra de ellos, era diligente, pr,evisora, económica y, hacenidbsa; yr como 'dice ia V. Mad:re Agredfa: «Bn el cuidadlo ele su H_ijo Santísimo Y' de su esposo San José, era vigilantísima sierva; !:JI jamás hubo en E:Tla des<;i,tidio, ni olviclo, ni ta11dianzr3 o inadlvertenéia en io que había de· prevenir g proV1e,er para ellosi». (lib. II, n.º 781).

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