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- , 158 - CARTA XLV Grandezas y · excelencias d!e las virtudes de la Sanrí8ima Virgen María. Su efemplar y entrañable amor a la pobreza evangélica enseñ,ad,a por Jesucristo. Carísimo joven: Nuestro S:eñor Jesucristo, que vino al mun– do p:ara enseñarnos con su d!octrina y, ,ej.emplo -el camin~ que conduce al cielo y1 ,a la p,erf.eoción, ,en .aquel famoso sermó:n de la montaña, ante una inme'IJJSidad! de g,ente que le e,scuchaM, comenzó su discurso diciendo: «Bienaventurados los pobres de es!J)íritu, ,porque de ellos es el rie1no de tos cielosl». (S. Mat., 5, ,3). Quería nuestro ,amabilísimo y1 divino R,ediento,r enseñarnos y persuadirnos d ,dlespr,ecio dd mua.1¡dfol Y' 1 d!e lo que ,e'l mundo ama y1, a la vez, inculcamos el ,aprecio y 1 amor a las virtudes cristianas y, a la santid!ad; y: en .aquel acto tan solemne dijo: «Bienaventumrtos los pobres dJe espfritu, porque de ellos es el reino de los cielos . Jesucristo, v,erd!adero Dios y· v,erdadiero hombr 1 e y verct'ad in:talible, que no puedle engañarse ni eng 1 añarnos, 'también eJo– g1ó la pobreza ,evang 1 élica cuand!o d[jo a Ulll jov,en que le pre– guntó: «¿Qué obras buenias d:ebo hacer .piara eoinseg;uir la vida eter.na? ». (S. Mateo, 19, 16). Le Contestó J,esús: «Si quieres efl'– trar en la viaa (eterna.) guarda los Ma,ndJamientos... Si quieres ser pierfecto, anda y Vce,nd,e cuanto tienes.,, y dáse'{o a tos pobres, y tendrás un 'iesoro en et cielo; ven y Sígueme,»: (S. 1Waflieo(;, .19, 17, 21). . En eso diel diesprendimi:ento die los bienes terrenos nos dió altos y, eficaces ·ejemplos ,el mismo Jesucri,s'to, d!esde su mismo nacimiento en la pobr,eza die Bielé¡r¡, y1 durante toda su vídla. Así lo aseguró Bl mismo re.spond!ien:dio, a un 'Escriba que le dJijo: «Yo te seguiré a donde quiera que fuer.es ». Y Jestís le respondió: «las ra1p1osas tiene,n m,'ldrigueras, y las aves d!el cielo nidos: mas el Hiio del hom:bre no tiene sobre qué reclinar 7a cabeza». (S. Mateo, 8, 19, 20). Y añade el Apóstol San Pablo: «Bien sabéis cuál haya sido la liberaliáad de Nuestro Señor Iesucrislo,, el c.ual siendo rico, se hizo pobre pior vosotros a fin de que vosotros fues.eis ricos por medio de su pobreza». (2.ª Cor., 6, 9). Amad!o joven: Sabemos que los Apiósto1es J.J otros m'uchí– simos cristianos abrazaron absolubrm 1 ente la pobreza enseñadfa por Jesucristo, r,enunciando los )JiQnes die la tierra, como hacen hoy1 los religiosos. Y ¿quién puedl2 poner ,en dludia, qu2 Qntre todlos los imitado'– res de Jesucristo, la que más de cerca le siguió fué su Santísima Madre _María? Blla ,en asunto die perfecctón y1 santidad siem'– pre apuntó a lo más alto, dice San )~igorio. No faltan autores que dicen que María hizo voto die ,PO•

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