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- 154 - CARTA XLIV Grandezas y excelencias díe las virt'udes d;e la Santísima Vir– gen María. Su admirable e invic~a p1aciencia y fortaleza en las pruebas y traba¡os de la vida. Carísimo joven: ,el mundo en que ViVi'mos ,es lugar die des– tierro; ,estamos en tierra ,extraña, cubierta dJe malezas y1 es– pinas que punzan y1 sacan sangre. Todos los hijos e hijas die Adán somos llam:ad\os a sufrir miles de aflicciones diversas, Queramos o no., oon buena¡ o m:ala voluntadí, oon paciencia 0, sin ella, necesitamos sufrir para podier viv:ir y1 ta1mlbién p,ara ga– nar méritos para el Cielo. Dice el apóstol San Pablo: «Os es necesaria la paciencia: para que haciendo la volunfad de Dios ganéis el premio pro– m.etido». (Hebr., 10., 36). Y el apóstol San Pedro: «Si obrando bien sufrís con pa– ciencia; en eso está el ,mérito piara con Dios. Que para esto fuisteis llamados _(a la c!ignidadf de hijos de Dios); p!ttesto que también Cristo pWleció p,or nosotros, dá:n'dJon.os e/entplo, para que sigáis sus ¡J'isadas»: (1.ª S. Ped!ro, 2, 20, 21). Y añade San Pablo: «Yo 1:¡stoy persuadido de que los sufri– mientos ae la vidJa presente no p1uedJen comipw:arse con aquella gloria ventmera, que se ha de ma1nifestar ein nosotros». (Rom,:_, 8, 19). Con la paciencia en las amarguras, contradicciones y1 prue– bas de ,esta vida, se adquier,e la virtud: y: más tarde la rica heren– cia d'el cielo, viend'o !J' goumd10 de Dios eternamente en com1pañía de J,esús, d!e María y, de toidla la corte c,elestial. Con la paciencia, este cuerpo de barro carg,ad'o de enfermeda– des, dolor,es y, trabajos!, Uegará 1en 'brevie. a ser imp,asib1e !J' g:lorio– so oon los cuatJ.10 dotes ct:e gloria, claridad¡, agilidiadi, sutileza e im- pasibilidad. · La paciencia es compañera íntima ,lc]e la fortaleza, que la asis– te !J' ayuda, y ,en ocasioneS;, la hace robusta como una roca. La virtud die la padencia tiene por obj,eto ú:nico, mitigar, :aplacar y •endiulzair la tristez,a Y' el dolor •en las ad:versidad!es y trabajos de la vida pr,esente u e:s manantial fecundo die grnncfes virtudes y méritos para la vida etzrna que esp.eramos. Las adversid 1 ades y1 ,pruebas sufridas con paciencia, ahogan el amor 'P'to,pio y1 los actos de soberbia, causa die muchos 'tn'aLes. La 1p1aciencia cristiana ,es semejante al robusto tronco del ár– bol que sustenta lozanas las 1ramas, las hoja~,, flores !J' frutos;. La paciencia cristiana convierte los maies en Menes c'elestia1es y1 forma los santos y amigos 'de Dios. Blla nos hace se'mejaintes a J,esucristo, que ,es ,el modelo p,erfocto Id~ ,esfa virtud y1 d!e todias las demás. · Por ser Dios omnipotente ,es padentísimo. La paciencia es
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