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148 - tero al Señor, haciend!o voto perpetuo de pureza y1 virginidradr. Aunque ,ert tan tierna edad, conoctó Eilla cómo todas ·]as don– cellas aspiraban al matrimonio; con la esperanza que de su descendencia nacería el Mesías pro.metido. La Niña María a todo renuncia por ohed!eoer a Dios qu:e la Uam,a a que 1e ·ofr.ez – ca Y' consagre to1d!o su cora~ó1!1Í y amor ¡Qué exacta es 'la obe– diencia de María! 3.º · Heróica , Y' en todo perfoota obediencia debió ofrecer ·a Dios María Santísima cuando, le propusieron el matri'monio con Sart José. Eilla que· conocía perfectamenbe las excelencias y! g•randezas de la virginidlad' que a Dios había consagirndío... ¡ Cuánto pe– diría al Señor para que la iluminara, ,ay1ud'ara Y' encamtna– rá en tan difícil empi,esa como ,es la elección d!e estado... ! Nio le faltó. en nada la inspiración del cielo. Por fh-1, convencida que en ,el santo matrimonio conservaría su 001npleta pureza y virginidiád, ;aceptó su enlace con San José que, jgualmente, desde su infancia había hecho voto de pureza y1 virginidiadl>,. Aquí s'e descubre la :.rara y: eX:quisita obediencia de ·María Santísima y, cuáintas eran sus ansias de ,compfaoer a Dios. lf:.º Otra dificultad se le presenfo cuando ,el Arcángel San Gabriel le d!ice: que la voluntad! die Dios es que Blla llegue ·a ser Madr,e suy"a. Ella le propone su voto dJe perpétua virginidad, y1 viendo que :ert nada se opo:n!ctrrá a su pur'ísima i:ntegridadí, porque para Dios nada es imposible. (S. Luc., 1, 37) · rendidamente r,e5ip:omdie: "<<Ercc,e ancilla Domlrti». (S. Luc., 1, 38). «He aqut la esclm~a del Señor, h:ágase en mí segú,n tu palabra». · Esa obediencia dieclam a vooes que la Virglem ··estaba muerta a sí misma _y, en todio obediente a Dios. 5;º Claramente manifestó su acrisolada obediencia, cuan– dio; piara complacer a Dios, con todo r,endimi,ento obedeció aJ edicto d:el Emperador romráno que le obligalJa a ir a Belén a sempadronarse, ,en ,el estado que Ella se encomtraba... ; mi una sola queja mi disculpa. 6.º Poco más tarde le piden otro sacrificio. Um l\ngd tur– ba su reposo ,en N!azaret. Se apar,edó •,en sueños _a Sa'J:I José g1 de parte die Dios le dice: «LevdntcMe, tomla al ni?ío y a su nítult,e .V huye a E,glp'to, y estd~e allt hasta que yo te avise. Porque Hero.des ha de buscar al niño ,piara mdtarte. Le~anlánd!,ose :José tom:ó al niñJo y a su 1m'a'áre de n'ocke; y se retiró a Bgipito,.,., (S. Mateo, ·2, 13, 1/J:). ¿'Qué pasó entonces en el corazón de la MadlJ.'e de Dios? 'Em la oscuridad de la noche, sin p 1 rovisiones, ni recursos· para vjaje tan precipitado y1 la 1 rg~, y, a un país desconocido e idió~ Iatra... Pero adonó al Señor, 1.J! sin vacilar se puso <!n camino... _7.º Dice San Ligorio: «Cuam'do die esp-ecial manera ·mani– 'festó su heróica obediencia fué cuándb, piara o'bedecer a la Voluntad' divina, ofr.eció su Hii:o a la muert,e con 'tanto valor y entereza, que Ella misma estaba dispues'!J~, como dice San Ilde'· fünso, a crucificar al Hijo con sus propias manos, si húbieram faltado verdugos». Carísimo joven: Toda la vida de la Santísima Virg-en está

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