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H Grandes heroi:nas han visto los siglos y1 llenadlo el mundo con su fama, grandeza yi hermo1sura; pero, María Santisima más que todlas y,. más que 10is án:ge1es y serafines agradló y se 11evó las miradas y1 el amar del Rley1 de cie1os y ti,erra ¡ Oh! ¡ Cuánta es la grandeza de la inooentísi'lTI!a y1 purísima María! Mu1;11 aoertadlamente dijo el cé1ebre P; Suáiiez: que Dios ama más a María que a todios los Santos. . Amado j,ov,en; solamente Dios conooe cuánta es la grandez,a de María y1 sólo El puede eL01giarla dignamente. P,or ,eso, ¿qué culto/ y1 .:a:rnor más justo Y' más puesto en ra– zón que el que tributamos a La santidad más eminente que ha habi'dio y, puede haber ,en pura criatura, después de la de Dios?i ¡ O'h ! EHa fué ,elegid!a1 y, escogida desdie toida la eternidad para Madr,e suya; y en el primer instante que r,ecibió su existencia fué enriquecid!a y1 llena a,e todas las gracias !:J' virtudes. Su sar~– tidad formada con los más .altos y1 ricos diones ·del cielo, aumen– tada cada instante con el más heroico ej,ercicio de su abnega\– ción y, la práctica ele todas las virtudes cristianas en ;,gradio heroico,, llegú a ,ser 1a im!agen más sublim¡·2 y, aoahadla die la de su divino Hijo Jesucristo. La santidad de la Virgen María no es ni puede ser, la santidad de Dios, que es infinita; p,em es su– perior a la d!e todos los áng 1 e1es y1 serafines; ,es una santidad tan rara y, adltnirabl-e, que los 1 mism0is bienaventurados ,espíritus, de ella enamorados pregu:ntan extasiados: ¿Quién es Esta que sube dlel desierto, hermosa oQrno la luna, escogida oomo ,el sol, terrible como un ejército en ordi·en die 'batalla, por ,el bien orde– nado escuadrón •de sus mudhas y1 grandiosas virtudes? ¿ Quién hay1 a Ella semejante? Si la Santísima Virgen María so1amente hubiese tenido, la santidad de todios los nueve. coros de los áng.eles y1 de los santo:s de la gloria, Dio1s no la ,'hubiera escogido para Maclr,e suy1a, ni fuera digna Madre d!el divtno Riedenti0tt. L1os dlemás santos fueron santos co 1 mo criatur?J;s limitada:s; la Virgen María fué santa y1 santísima 001mo, Madlre de Dios. Cuandio tratamo1s de. elogiar y1 ponderar y· engrandecer la dignidad, sa¡ntidald y1 ,poder de la Virgen María, quedamos p,er– foctamente convencidio,s de que todas Las pondleraciones y1 •ei110 1 01.rnnl– cias 'humanas y1 angélicas son inferi,o,res a sus grandezas, por.– que Ella exoedíe a to1d!o1 lo que no es Dios. S~pla el amor la deficiencia de las palabras. El puebLo cristianJ01 que está bi,en persuadido cle esas gra!'!– des y1 consoLadloms enseñanzas, es devoto -entusiasta de la Santí– sima Virgen Malria¡ y1 a E//ia acudle en todo momento. A fomen– tar en ti esa clíeVioción y1 confianza en la Mad!'e de .Dios y nuestra se dírig 1 e ,esta conespondenci,a. Léela con atenció,n e il11- terés y1 no .te arr,epentirás. EJEMPLO.-Vivía en Alemania un hombre que h'abía oo¡– metidlo un pecadio1 morta¡l, y1 la falsa vergüenza Le impedía ne– ciamente ,el oonfosarl,o. No pudiendo sufrir los remordimientos de su mala con– ciencia, d'2termiJnó arrojarse a un caudaloso río. Detúvose ,en el camino, y1 pidió a Dios que le perdonase sin confesarse. Mientras dlo,rmía una noche sintió que le sa¡-

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