BCCCAP00000000000000000000530

- 143 Persuadido de ,esa v,erdrad, aunque car,ecia. de fe, dijo el gentil Autístenes: «Qne era :p~eferible 11,olvers,e loco que volup 1 - tuoso,,. Esa vergonzosa pastón ,es como un ladrón doméstico que nos acecha y, se sirv,e de todios lo1s sentidlos internos !:Ji externos del cuetpo y, die Las potencias del almta oara pr.0p1arar mortales caídas a la ,hermosa y1 ce1estial virtud de la ·castidad. Fingida necesidad' o utilidad 1, . afabilidad, conespo:ndencia, visitas,• lec– turas, juegos, c!ne,s, J;gatros, ,enamoramiento,s, r,elaciones larg1as,, play1as, ,rnodas indecorosas... d!e toldo se aprov,echa para poner lazos y: caídas aún a las almas más candorosas, )nocentes JJ puras. , Dijo San Juan Crisóstomo: «'Bl delietbe es semejante al perro: cuanto más fiestas y alime¡¡rbo se le da, tanto má,s se acerca». Joven amaclo: estemos persuadiidos die que, piara no caer en las redes die es,e pecadio foo, es de absoluta necesidad' que pon'· gamos )os medios que nos aconseja la prudiencia, la .razón y1 la fe, huy,endo die los p,eligros, porque diice el Espíritu Santoi «Quien ama el peligro p.er ,e,cerá ein él». (E:cles .., 3, 27) «Sube la muerte p:or nuestras ve11ta,nas,». (J,erem., 9, 21) esto es, por los sentidos 1no guardadlos. Entre ,esos medios, qu:e son muchos,, co:m10 muy1 prtncrp1al ,es el ,ej,emplo die las almas puras, que también son muchas,. y1 de una _r,µanera particular La Santísima Virg,en María. Todas las virtudes .descuellan de una ma:nera siJngu1ar y1 ex~ cepcional ,en la vida dfe la Mad:r,e !de Dios; péro cUe un modo espedalísimo la virtud ,y1 ,el amo¡r: a la piur,eza virginal. Cuando n:adie conocía ,el va1or, la exce1encia .!:Ji dignidad de Ja virginidladf; cuando no se 1e diaba importancia, porque no se la apr,eciaba; cuando había tantos ,obstáculos para con– servarla; cuando todas ,las dionoel1as del pueblo ,escogicl/o as– piraban con ansia al santo, matrimonio, piara ver si de su d'esoen– denci,a nacería ,el Mesías prometido... Maria SSJntísima levantó el estandarte, de la Virgiinidaid; por ,eso la sa:nfü Ig'1esia la llama «R,egina Vir,gin:um», Rei.n,a de las Vírg!e,nes. Maria abrazó, ,el esta– do de la virginidad, cuando ,es,e ,estado ,era dies¡pr,eciaidb, co1nsidera. do y1 tenido como un obstácu1o para el nacimiento, diel Redentor prometido y1 de todbs esperado. Cuatro mil años .habían pasado y1 la excelsa virtud! die la vir– ginidad estaba en ,el d!espr,ecio y arri!nconada. María en su niñez conodó ,es,e ,teso110 oculto de la virginidad y 1 Le abmzó, cuando só1o contaba tr.es ,años·, r,enuncia:n¡d!o a la diig– nidad de Madre de Dios. ¡Oh! ¡Qué a:p.riecio hace María de la virginidad Jl' pureza!. ¡ Oh amor die la Nliña María a la p,ur,eza virginal!. Y ¿qué sacrificio no hubiera hecho para conserv:ar1a?. Más tarde cuando !,e proponen ,el santo matrimonio con San José, se extrañó de tal propuesta¡, y1 solamente .d'ió su consenti– miento cuando conoció que ,esa ,era la voluntad' de Dios, y que •en ese ,estadó permaneceria virgen consag1radía al Señor, corno· igual– mente ,era ,el esposo que Dios Ie ,daba, para ,así llenar Los planes de La divina Providencia ,en la r,eoo111ciliadón idiel mundio con Dios, por medio ct:~l Mesías prometido.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz