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137 · ta Hevó por nuestro amor. 'Pero también ~s cierbo qué en é1 plan. die Dios cl:e hacerse Hombr,e co1m10 nosotros, para obrar La R,ediención die todio el género humano, tenía 'necesidad de una madre; !J' mientras que ,esta 1 muj,er no fué m 1 acfr.e, no com.enz;ó la Redlención del mundo por J,esús. El primer punto d!e particla fué la maternidiadi de María San– tísima. ¿ Llegó a ser Maclre María? V.a comienzó la redención, poniendo Eilla la primera p¡,edi'a fundiamental, cuando dijo: «He aquí la esclava clel Señor» (S. Luc., 1, 38). ¡ Oh, cuánto cooperó y1 ,ayucló la Inmaculada Virgen a la salvadón die todio •el género huma:no ! Corredentora es con su divino Hijo. BUa nos dió a Jesucrrsto y1 con Jesú¡s y por. Jesús tenemos todos los bienes. Dándonos a. Dios hizo el sumo ,esfuerz.o !JI oom:o, que echó el resto, pues nos dió a J,esucrtsto, camin,o, vercladl !Ji vida, fue– ra del cual no hay1 ni puede hab~r salvadó1n. Por J,esuc.risto, tenemos 1.a santa Iglesia que Bl fundó., pma que ella continúe su misión die ,salvar las atm 1 as. Bl instituy1ó los siebe Sacra– mentos, coniü siek ·fuentes de aguas sobr, enatural.es .!Ji , rlivinas para regar. y, fortiliz,ar las almas. E:l cr,eiá ,el aposto.lado católico para ay 1 udar a La salv:ación del mundo. · Jesucristo mismo nos dijo el fin d'e su v,enid'a al mundo. Escuchemos sus terminantes palabras: «No son los just'os sino Los p,uadJor,es a los qae he ventdio .Jl'O a llamar a 'penitencirirt (S. Luc. 5, 32) «Yo os dig.J que habrá m!ás /iesi 1 a en él cielo por un pecádor.que s.e convierte; que por nove,n~a :V 17.Ur:ve justos que no tiene,n neóe.sidJ,acV .d,e p,enite,ncia», ( S. Luc. 15, 7). «Yo vine piara que (las almas) M:ngan 1ii\cAa1 y ta t:eng;an en más abund(f)flct'.(f);, (S. Luc., 10, 10). ¿Qué mejor Misionero !J' Salvador die almas nos pudio .dar la Virgen María? Siernpr,e fué cuidados1a die la conv,ersiün de los p,ecadores; ni antes de ser Madlr,e die Dios, ni ·después, estuv,o E'lla sin bus'– car pecador,es para llevarlos a Dios. Y ahora ¿qué hace la Virg,en María? To.dos sabemos que es Madre die Miseticordlia y1 de p.ecadbr,es; consuelo !J amparo de los afligidos; paño die lágriinas <líe todo ,el mundo _y1 puerta del cielo. Bien lo sabe ,el pueblo cris:t1ano, !Ji por eso siémprQ acude confiadlo a la Madre de Dio1s !J! nuestra y 1 nunca queda defr,audadlo. Amigo mío, :sé tú uno de su~ devotos y, te irá, bien, Haz La prueba !JI te conv,encerás. · EJEMPLO.-Un joven de ilustre familia, viajando en alta mar, se puso a leer un libro obsceno, que mucho le agradaba. Díjole un religroso: Amig10 mío, ¿ no quisiera usted hacer un obsequto a la Santísima Virgen María? Sí, Paclre,, con sumo gusto, contestó ,el joven. Yo qui 1 siera qµé _po.r amor a la Virq,en rompier,a ,ese libro y: lo nrmjar:a al miar., dijo ,el rdigioso. Pad:re 1 aquí lo· tiene Vd. No. Yo quisiera ,qu.e Vdl. mism:o ofoeciera a la Madre de Dios ese sacrificio. Así lo hizo. Rompió el libro en menudos pedazos y1 1os arrojó al mar. Al dles,embarcar ,en Génova, su patria, la Virgen le oonced'ió tantas giradas, que di--
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