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135 ele su divino Hijo hecho Hombr,e; ,exe,nta d:e la original; Uena de ~odias 1as gracias !JI virtudes, no podlía menos die s,er celosa de la glorta die D!ois y1 de la salvación die las almas. Este celo dlel bien die Las almas y, die su ,eterna salvación, il1e.– cesariamente arranca com10i de su raíz y1 1sólidlo fundamento de la caridad! con que se am:a a D1os ,por sí mismo; (por ser san– tidad', bondiad . !J' hermosura infinitas) y, con que s,e ama al prójimo p10,r ainro1r ldJe Dios. La medlidla dfel am!or die Dios ,es la 1medida del amor al ,prójimo. No se p.uede amar al p'rójimo ,en Dios, si prím~ro no se ama a Dios, d'ice San Bernardo. . La g1:an'd~za dfe la caridad p:ara con ,el prójimo también se manifiesta por ,el a:pr,ecio que D1os ti,el1ie 1dle ella, pues nos im– puso un precepto muy1 g,rav,e !J' riguroso cuamfo d'ijo: «Ama a tu p,r6iimo comio a tí m'ismo» (S. MateQ. ,19,, ,19). «Haced voso'– iros c10in los d,emás hombres todo lo que deseais gue hagan ellos co.n vo,sotros,» (S. Mabeo, 7, 12). Bl primer mandia!m1et'lto y1 el nta11101r die todlos ,es amar a Dios con todo ,~1 corazón, alma !J' mente; y: ,el segundlo1, s,emejante al primero., ,es: «Am 1 ar,ás a tu pró¡imo com'di a t'í mismo» (S. Al\a– teo, 22,, ~9). Todos 1o.s santos amaron !JI procur,aro:n la salvación die las almas, ,en una u otra fo,rma, en prop.orción de su a:mor a Dios; . ,porque el amo,r divino pone vidla, fortaieza, valor 11' celo en los oorazones amantes. La caridad es activa como el fuego, 111 cuanto más hay:a más calienta 11' quem'a. ¿ Cuál! sería ,el oe1o y: cles,eo de la saJ!– vación die Las almas die la M-adlre de Dios, que amaba al Señt0tr más que todio,s los nueve coros die los An:g1e1ie:s !J' todlo:s los san– tos del delo y1 justos die 1a tjterm? Ya tuvo EiUa ,en cuerrta aquel1o que. dijo :su divino Hijo Jesucristo: «Un :nuevo miandlam'ienlo os d:oy: que os améis unos a otros ael mo:dJo que yo os he am:aidJoc.. Por aquí conocerán¡ todos que sois mi's ,discípulos, si os 1:enéis -:am'or un1os · a otros» (S. Juan, 13,. 34, 35). · 1.º Eltl su primer momento ,die vidla, 111a María Santísima comenzó a ser m•isi:oner,a con la o¡ració,n. En el instante die su concepctó1n tnmacuLacla Dios llenó su ,a1m'a ele la clivina ,grada, La infmrd11ó Las virtudles teo}oga1es die fo, esperanza 11' carid18'~. Luego oomen?Jó a ,ej,ercitar ,esas virtudes, conociendo la d'ivini· dladl y, las perfecciones ·infinitas die la Beatísima· Trinidad' por modo altísimo sobrenatural, más claramente que todos los Sera– fines. Su dlon die co:nkmp ladón dlesde entonces es inexplicable. Conodó también ,el pri:mier ,estado die la ]nooencia de Adián y, Eva, su culpa. grave que inficio:n¡ó a 1 t:odfos sus descendientes, 11' luego, compadeeíia die nosotros,. comenzó a reoog'er por todlos, emp,ezando y1a su apostoladlo. die oración, que jamás interrumpió•, 11, ofreciéndose ,a. sí misma ,en p•erpetuo sacrificio por la sal– vación del mun:dlo. Nada e.s ,el oelo die todos los santos por la glOll'ia die Dio 1 s y la salvadó1t1 de las almas ,en compiaració:n die! die María Santí-

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