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~ 134 - tnis .p.otencias y, sentidos. Salvadme y Uevaclme al cie1o. Así lo espero, Madre mía. Adiós, joven. Sé devoto !J verdadero ,enamoradlo de la Madre de Dios e irás al cielo. Manida a tu affmo. en Jesús, María y1 José, P. PACIFICO CARTA XXXIX Grandezas v excelencias de las vir~ucles de la Santísima Virgen María. Su admirabtr y cons~ante cefo, y deseo de la sat. vación de las almas. Carísimo joven: Nadie razonadamente puede poner en dud:a el celo e interés grande que tuvo siemp[l1e y: ahora tiene la San!– tísima Virgen María de salvar almia(s' y, de conducirla¡:), a la lmás alta perfección y, santidad. En éso es modelo perfecVo y1 acabado la .Excelsa Madre de Dios. Como consta por la historia, ese fué siempre el espíritu de todos Los santos y amigos de. Dios, sobre todo d'e los santos del Nuevo Testamento. No puede menos ser así, porque la caridad, (en que .está la esencia de la perfección) es ditu~ y1 sie iJnclilllJa a comunicarse a los demás, y cuanto ella sea mayor tanto más se extiende. E:se celo santo, ese deseo de salvar almas y, llevarlas a la pedección y1 al cielo, lo aprendteron de Dios Y' de Jesucristo; por eso decían con el apóstol San Pablo: «La caridad de Cristo nos urge». (2.ª Cor. 5, 14). ¿Qué no hizo y, hace D¡os por sialvarnos? Creó al hombr,e para ,el delo; le ,e1evó al orc!en sobrenatu. ral; le infundió en el alma la gracia santificante, haciéndole santo; le colocó en el paraíso terr,en:al ,._para desde allí trasLar darle a la gloria; cuando pecó se compadeció cle él, le perdonó !JI le prometió el Redentor diVino que había de remediar todos los males causados por su culpa. Y cuando vino Jesucristo a la tierra ¿qué no hizo por sal:: var las almas? Bastábale una palabra, una sonrisa, una lágri:– mita, para salvar quinientos millones de mwndos, si los hubiese, por ser todas sus obras de valor infinito, y1 derramó toda su sangre en favor nuestro; fundó su lg!,esia; estableció el Apos¡– to1ado; instituylá 1os siete Sacramentos y: nos franqueó de par en p,ar las puertas del cielo... La Santísima Virgen María, escogida por Dios para Madre