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132 - tura! del Niño Dios, ablandiaron y, cambiaron aquellos espíritus soberbios, vanidosos, fieros e insensibles hasta entonaes. ¡Oh! ¡ Cuánto bien puede hacerse con la dulzura y, caridad en las palabras en el seno de las familj¡as y, altemando, con Las personas, aunque sean de duro carácter, rústicas, coléricas H pendencieras. . . ll.º Tres razones princip1almente llenas de toda caridad movier{)¡[l a la Santísima Virgen M~rl1a a ir a visitar a Santa Isabel, luego que Ella quedó hecha M_g_:cfüe de Dios por la En– carnación. 1.ª Prestarle algunos servicios y, serle útil ,en el estado interesante en que se hallaba, comía S€ lo había manifestado el Angel. 2.ª Santificar cuanto antes a San Juan Bautista, óculto en el seno matemo, de Santa Isabel. ª·ª Llenar de gracias a su madre Isabel, que se sintió llena del Es,píritu Santo. (S. Luc., 1, 41). . ¡Oh! ¡Qué caridad_ tan grande y, tan extraordi'naria! Sí, W– v,en, sí; tú y y:o imitaremos ,en algo la caridad! die la Madre de Dios, sin duda alguna que pod 1 riamos remediar en algo mu– chas necesidades del prójimo, espirituales y temtporales ¡Cuánta ignoranc¡a ,en R,elig:Lón, que s,;~ puede desterrar enseñando y aconsejando oon prudencia Y' celo santo! ¡Cuántas lágrimas que enjugar con la limosna! . 5.º Más tarde y: largos afios, en su casita de "Nazaret, se esmeraba con toda diligencia y1 cuid!adfo para ayu<lar, atender, · servir y, oo'mplaoer a su ,esposo Jto,sé y al Niño Jesús, previn1endo con agrado, rev1er,encia y. rostro alegre cuanto . era n~cesariq ·yr conveniente p,ar,a todas las necesidades de familia.. Lejos ,estaba la pereza y la ociosid:ad. Su admirable vida de oración, de contemplación Y' de arrobamiento aumentaba y activ,aba la caridad p,ára con todos. 6.º Mientr,as vivió en la tierra María Santísima fué paño de lágrimas, socorriendo a los necesitados, aún sin que nadk se lo pidi?se, oomo ssucedió en las Bodas de Caná, cuando rogó a su Hijo cambiase el agua en vino, para sacar de apuros a aquella familia honrada. 7.º Su casita de Nazaret era casa de caridad y 1 de los hambrientos. Se ,esmeraba en socorrer la5 necesid:adles ajenas lJ' d!e los p·obres, dándoles alimento de su mism'a pobreza, pr,eparand!o y cosiendo r_op,a para cubr¡r su desnudez y1 sien'dlo ,el consuelo de todos los necesitados. Compréndese, porque en la medida que se ama a Dios se ama al prójimo .Y, ¿quién a'mió a Di:Ols como María? 8.º Donde María Santísima realmente fué grande en caridad y, se mostró bondadosa y generosa hasta ,el ,exttemo yr ·sobre toda ponderación y- cálculo; fué cuando .voluntariamente ofoeció .a su santísimo y, divino Hijo a la muerte p,or ]a sah,ación de todo el género humano. . Dice San Buenaventura: ,~De tal suerte amó María al mun'.– do, que no dud'ó en d!arle a su Hijo Unigénito». R:quí ofreció a su Dios yr ya no pudo 'Ofr,e,der cosa may 1 or, ni mejor. To:dfa