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- 129 3.º «E1l cáliz que me ha d:ado mi Padre, ¿he de dle¡,ar yo de beberlo?,». (S. Juan, 18;. 11). · ll.º «Padre mío, si es pios,ible 110 me hagas b:eber este cáliz; p:ero no obs~ante no se hága lo que Y'º quiero, sin,o lo q'ue tú,». (S. Mat., 26, 39). 5.º «Mi comida es hacer la voluntad 'del que me ha enviado, y, dar cumpli'mien~o a su obra?, (S. Juan, .r1, 34). Así habló Jesucristo. Ein ,esa escuda :estudió María Sa.ntísirrra y1 salió p,erfocta dis– c,ípula; por esa, trató de amar a Dios, no tanto. por sus ven'– tajas, sino, oomo fin princip:al,, p1or ,agradar al Señor, que ,es .Jo grande !J! 1 g:r,andioso... , · 6.º. Amó a Dios p,ara .oonesponder al bendicio de la Re,- dención. · La Santísima Virgen también fué red'imídia !JI lo fué de uina manera :extraordinaria y, ,excepcfonal; porque fué ;ex,e1nta de ,pe/– oado 1origi:nal y, llena. de todas las giracias, en atenci6n a los infrnitos méritos de Jesucrrsto, previstos ,en la diVina pr,esencia. Ninguno oomo María Santísima corriespondió al beneficio de la Redención. · · Amadísimo joven: Imitemos a la Virgen e1n ·amar •a rnos. ¡ Qué dicha la nuestra en poderie amar!. Qué ho1rior para el hombre poder decir a Dios: Os ,a:11110, Padir,e mfo', !:J' os amaré siemprer A¡Judádme ,a amaros, sobr,e todlas las cosas. _¡Oh! ¡Cuántos ingr,atos tteine Dios! ¿Qué hace el blasfemo? ¿Ein qué piensa ,el deshonesto? ¿Bn qué se ocupa quie!n' no va ,a Misa 0n día fostivo; ni cumple con el deber s1agraclo y1 grav:e ,d~ coi- · mulgar por el santo Precepto.? ¡Cuánto des¡preciam'os ,el m:nor de Dios! ¡Cuánto, olvido de Dios! .Da pena.· ¡Cuánto nos amar– gará en la última agonía, :no haber amJado a nuestro Rim:abilf– simo Dtos y, R,edentor ! ! ¡Qué ciegos andamios! ¿ Cuándo 1nos daremos cuenta de lo que p2rd!em 1 os? Y solm[os tan amigos y1 ava– ros de las ganancias temporales. Eis que no lo meditamJos. Ahí está la raiz del mal. · BJEl\11.PLO.--Refiere Nadasi que ,en Al,emania 1,1;n r•eo oonl– denado ,a muerte se negó ohstinadlamJe'11¡'fo a confesarse. Un Padíre Jesuíta .no. perdonó medio alguno para ·co:nv,ertirlo. Rueig,os, 'lál– grimas, se arrodilló -a ís,u:s pie¡s y: 111ada ao¡n:sieg:uía. Por fin le dijo: Vamos· los dos a r,ezar. un · Avemaría. Hfaolo, el reo !:JI coimenzó a llorar ,sin consuelo; Se confesó arn0p0ntidlo y, murió e:stre-: chando unia imagen de María. Adiós. Manda a. tu affmo. en Jesús, María y1 José., P. PACIFICO