BCCCAP00000000000000000000530

127 del. Crocuficado·, que era tan grarrdle. el ~ncendio. de amor a Dios que ardía en su pec[ir, qUJe i'ii ,el cielo !J! la tterra lo sintieran quedarían en un instante consumidio1s. Y añadió: «Tot· dos Los ardores die los Serafines comparadlos con los míos no son más que ,el sopLar de viento¡ helado». . Compréndese que así sNl; porque donde hay1 más pm,eza !JI cuanto más ~acfo ,está ,el coraziálnJ !die sí 1mísmo, dlanto más ,estará lleno del .amo 1 r de Dio,s !J! ,par ,eso dijo San Betnardiino de Sena: «que ,el ,amor que . María tenía a Dto1s v,encía al que todos los hombres !J! todos los Angdes le han tenido». Y el Padre San Bernal'do añade: «Bl amo·r die Cristo h1rió !Ji traspasó de tal suerte ,el alma die' María que no quedó- parte alguna que 1110 foese llagada por .él; die tal suerte que ainó a Dios oon todo su corazón:, con toda su alma; can tocias sus fuerzas, quedando a la 1vez nena de gracia». (In Ca:nt., S. 29). R•evieló la Santísima. Virgen a Santa Brígida que en este mundo sólo pensaba en Dios, no .deseaba rn'á;s que a Dio:s !JI no se gozaba inás que en Dios. Por eso :to.dla su :vida •era ú:n acto contínuio 1 de amor de Dios,, <fe rnbdlo qu,e las ocupaciones ordi:~ n~rias de la Vida no le estorbaban su ,elevadísirrm contemp,1al,· ción, ni la co1rrtemplación y1 transf101rmaición ,en Dios le ilmpel– dían ,akrtder a los trabaj'Os ordinarios. Ni aúln el 00:rto ,sueño que tomaba 1e impedía a'mar al Señor. Todo er.a ,admirable, excepcional y1 ·privHegtado: ,e,n la Madire d'e Dios, y, todo ·superior a cuanto pudiéramos imaginar. Dice ,el P. San Jerónimo que •el amlo1r divino tenía ,entem– mete abrasado el qo,razón de Ma'ría Santisrm1a !Ji que ,estaba embriagada. y1 oo'mio sumergida en ,ese lmar infini:to die amor. Según La expresión de San Ildefonsoi, ,el Bspíritu Santo se unió a María com)o el fuego ,al hierro !JI la inflamó'., la tra:n:Si– formó en sµ am101r; de tal ,manera que en Eilla J;1,0 1 s,e v,en más que las ardientes llamas del E¡spiíritu San'tol, !JI sólo si-ente Ella el fuego del amor de Dios. . Nadie :amó jam'ás a DJos como María Santísi'mla; así cdm!o a nadie amó jamás Dios tanto do1mo a María. . Sólo Di!o!S es santo por esen.cta y1 :só:~o ,es 'santo ,el qu¡e a :Dids s•e '.acerca y1 ·0011 El se oomurrica. aum 1 el111:án 1 d!o!Se la santidad ,i;t proporción que s,e acerca m~ a Dids! y1 ,oo:n: Bl vive '1?•ás unido. María · fué esa .(:iichosa criatura ct.ue vivió siempr,e unicfo y1 transformada en Dio,s por arde:ntísi'mo a"mor. No podfa ser de otra manera, porque sólo Billa es Madre de Dios. Jamás hubo ni habrá ,aproximlación !JI unió:n tan íntiltna con Dios como las que 11esultan de la Maternidad! <;lle. María !JI .die su amor la! Señio1r, llevando a Jesucristo aún lñiás en su cora– zón que en su s·eno virginal. ¿ Qué r.azon,es nioviero1n 1 a lú V itAgrJ,n1 a d,11t¡{{Jr a Dios? 1.ª Amó al Señor para cmn'plir el grave ptecepto1 que Dios impuso ,al hombre, cuando I,2 dijo: «Amia a tu Criadlor con todas tus fuerzas». (Beles. 7, ·32). «Am¡a a Dto:s to'dJa tu lllda, e inv.ócale piara que te sal1~e». r (Bcies. 1,3, 18). «Tene1d: al Señor Y' s,ervidk con un comzó.n bieii p'erfecto y s~nc.ero,». (Josué, 24, 14).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz