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125 la.gro, oonvirtiendo el ag'ua en gleneraso vino. Y ¿quien sabe las veces que suoederian cosas parecí.das en Las ,cJ01rrer!as i!!POS· tólicas de Jesús, pues, según dice San Epifanio, y1 Sa:n Bernard:01, la Virgen le acompañaba las más veces, para téner el con,suelo de oir sus ,enseñanzas más a mep,udo -y, para cuidlar de Bl en sus viajes; pues no dudaba que servía a Dio1s. · 9.ª Con esa misma fe, confianza y1 esp 1 era1nza en su Hijo benditíslmo, recibió Blla de su manQ 1 divrna ,el santo Bautis 1 mo, como, Bl lo recibió del .Bautista, comb sienten 1os Padr,es de la Iglesia. 10. Su firme esperanza ,en tod'a la Sagrada Pasión die. su divi:no Hijo Jesucristo, en su muerte y1 R,esurrección 1no ofoece duda, pues no ignoraba que se ofrecía y1 ,moría. como R!e,dienfor de todo ,el género, humano. 11. La. confianza y1 esp,era:nza en Dio1s se aumenta, se agranl– da, se •eleva 111 robustece a proporción que conocemos al Señor infinitamente misericordioso, bo;µdadoso ,todop:odleroso y1 fidet"' !ísimo en cumplir lo prometido. La Virg,en . Santísima conocía a Dios. Desde su misma creación ,estuvo, siempre en altísima contemplación y1 unida 001n Dios,;· .de 1:t1ddlo: que ,en .esas sus co.~ municaciones d'ivi;nas se internó ,en las infinitas grandiezas, per- . fecciones, hermosur,as 1J bon 1diadies dlel Señm\.. Si la esp,erainza es el deseo Y' hamb11e die poseelr 1a 1Dio1s... ¿ Quién más que Blla le clfes,e,ó y1 amó? Ni los Ang,eies,, ni. Semfin:elsl, ¡µi to.dios los· santos die La gloria. 12. Proced'fondlo también la esperanza ,die , la posesió:n de la gmcia d'iVina y1 die los méritos de la persona,, ¿quién como María Sanf!sima tuvo en tanta abundancia la gra:– cta de Dios? Ell Angíel le dijo: «Av:e gnt~ia p'lena,» (S. Luc. 1, 28). «Dios te salve.. !Oh llena de grackti'». Los méritos tam.– bién están ,en proporcióón con la d'lvina gracia que s,e ipos,e,e y1 Las obras que se hacen... según ,eso,, ¡que inmmsid'ad 1,os méritos. de la Virg,en María!. Tolda su vidla santísima y1 llena de Dios y, la caridad oon el próijmo. . Y ¿cuánta sería su confianza ,Y' esp,era:nza en Dios?. Néoe– sariamente era ,en p.ropo,rción de su amor al Señor. Y ¿cuá1n:– to seria 1en Blla que vivió skmp1r,e abism:acfa .!JI tr.asfo11mada en su amabilisi'mo Dios y, Pad!r,e? · Y si ,es Vierclladl lo que nos dlice la V,enerab}e Mad're Agre– da que fué !lev:ada ell" cuerpo: y1 ,alma al cie1o, la Virg,en María, luego de naoer, cuando ,entró ,en el tem 1 pJo die Jerusalén a los tres 1años !JI se oonsiagró ipur compfo•to al Señor;, !J' los tres -dlías ante'S de la Elnoarnación del Verbo d!ivi1110, en su virginal s,eno... sin <ludia que vLó la grandeza, ciencia, bondad', poder, misericor– dia y1 -el mucho ,amor que ·D'ios :tiene a los hombr,es.... Según éso; ¿cómo se inflamaría en ;,u d¡vi,n,o, a 1ntor?: ¿oó.mo se inoveria a· esperar en •el diVino Señ.Qlr? ¡Oh! ¡ Cómo s,e aumentaría su fe, su ,esperanza y1 su amor! . Elsta cuenta échela quien pueda. ¿Des,e,as, amado joven, alcanzar la virtud die Ja esp,eranz:a, imitando a la Madre :dfe Dio/s y1 ·n 1 uestra 1 ? Vive bi,en. Hu11e dlel pe– cado más que de fa muerte: Nfo olVidles que muchos cristianos tienen una esperanza falsa, cr,ey1end'o neciamente qu!e se s.al/ – varán, viViendo (\TI p-eoadio mortal. E!s'tos ,engafiadios y, m1s,ena; ' .

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