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114 Quince promesas en f.ai ~or del rezo del Santo Rosario Joven amado: V,oy, a recordarte, ,en breves palabras, las quince promesas del R,osario que la Santísima Virg,en hizo a Santo Doming,o de Guzmán y1 al Beato Alano, en favor de los que devotamente 1e r,ezaren. Leo y: copio: 1.º Quien me sirviere rezando constantemente mi rosario, recibirá cualquier gracia que me pida. 2.ª Prometo mi ,especialísrma pmtección y1 grandes bene– ficios a Los que devotamente rezar,en mi rosario. 3.ª El Rosario será un escudo fortísimo contra el 1nfierno, destruirá los vicios y abatirá la herejía. I!.ª El Rosario hará germinar las virtudes, otorg,arJ a las almas coptosamente la rnisenoordia divina; sustituirá en el ca– razón de los hombres el amor del 'mundo, !:l' Los devará a d!esear las cosas celestiales y: eternas. ¡ Cuántas almas por este medio se santificarán! 5.ª El alma que se encomiende por ,el Rosario,, no perecerá. 6.ª El que con devoción rezare mi rosario, ·oonsideramdo sus sagrados mistertos, no se verá opnm:idio por las de~gra:– cias, ni morirá die muerte desgraciad!a; se convertirá, si es pe– cador; perseverará en la gracia, si ,,es justo, !:JI en todo caso será admitido a la vida ,eterna. 7. 0 Los verdade110,s devotos de mi Rosario, no morirán sin los auxrnos de la Iglesia. 8.ª Quiero que todos los que r,ezan mi Rosario, tengan en vida y, en muerte la luz '!JI la plenitud de la. gracia, !:J' sean participantes de los mérito 1 s de los bienav,enturados. 9.ª Yo libro muy, pronto del Purgatorio a las. almas devo.– tas del Rosari.o. 10. Los hijO!S verdaderos rl:e mi Rosario, gozarán én el delo de una gloria singular. 11. Todo cuanto se pidiese por medio del Rosario, se alcanzará prontamente. r2. Soco:rrere ,en todas sus necesidades a 1os que p,ropa-– guen mi Rosario. 13. He impetrado de mi Hij,o que todos los Cofrades del Rosario tengan en vida y: en niuerte, como he11manos, a todos: los bfonaventurados de la Corte celestial. 11!. Los que rezan mi Rosario, son todos hijos míos muy1 amados !Ji hermanos de :mi Unigénito Jesús. · 15. La devocióón del santo Rosario es !}.na señal maní– fiesta de predestinación a la gloria.» (Gen::filtni. La: Vir'g,en María). El P. La Rue quedó un día m1m adimiracl!o al hallar a Luis XIV rezando el rosario. E:! mo.narca le contestó: «Es una de~ voción que me enseñó mi mad'r;e(, !J' 'll[OI quisiera por nada de este mundo faltar a ella». Napoleón I estaba en .el teatrn con ·su favorito el duque de Rohán. Este estaba muy recogido u ltneditabuin:dio Y' muy, ajeno

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