BCCCAP00000000000000000000530

~ 101 muchas. donceUas puras (hombres poco,s), ,en medio del mun,do abrazaron la vida de solteras !:J pm ,enfoañable amor .a la virg¡:– nidad se consagraron, ~ jesucristo nac1e1nao voto de castidiadi y, siendo verdaderas esposas y1 vírg,enes .ct:e J,esucristo. Desde •el principio del cristianismo hubo muchas de estas doncellas !:J también las hay· ahora, y· las habrá siémpr,e, por.– que es fruto divino del Evangelio de Jesús, E¡sp,oso de las ,al– mas. Antes 'de haoer esa perp2tua consagración se debe consul¡– tar con un conf,esor sabio, prudente, santo y1 de ·experiencia,, a fin de· no errar y1 precipitarse en, asunto de consecuenicias. Puede hacerse ,el vot,o, de pur,eZía 1are m,2r5 a me¡sr, rdle fiesta en fiesfa o por un año. Para .toda la, vida hay1 que ¡ pensarlo y, hacer prue– ba, oomo suelen haoer tales doncella,; pues nosotros somos muy, flaoos e inoonstant.es ,en nuestras resoluciones. Animo y1 valentía encargo; pero mucha y· exquisita pru,dencia e,n prometer para !¡iempre; par,a que no ñay1a más tarde alguna grave dificultad. A estas doncellas r,ecomiendo lean, La ;•irtad a:ngéUca, o tratad!o sobre la virginidad, del abate Coullin. A los aspirantes al matrimonio, P.r,epar,acló,ri para el matrl– monlo, por el P. ~mbrosio de Vaiencb1i.a, capuchino. Hí los que desean 1a vida peligi:osa, La vocación t:eligiosa, por Sa:n iLigorio. Jóv,enes de uno y1 otro sexo: ,es: neoesario tratar de cono– oer bien vuestra VíOcación y, corresp1or1d0r a ella •con toda fidieli~ dad y, constancia. · Es indispensabl,e ,orar, pidiendo a Dios encamine vuestro,s pasos. Sin ,el auxilio del Señor nada podemo,s y1 ,esa ayuda oonoedie Di-os a quien humilde y1 constantemente 1e p,ide. ta herencia · del pobre está en pedir, lla,maif! e im1p;0rtwri1aw a la pueirta clel rico. Busquemos la divina gracia !J! la ayuda de Dios; pero bus, quémosla p.or medio de su Santísima Madir,e María. El que busca a María !JI la invoca al momento la ,encuentra dispuesta a escuchar y, despachar favorablemente sus ruegos. Siempre estaremos seguros die v,enoer ]] alcanzar .lo que ,Pe~ dimos (si es confnrm1e a 1a vo,luntad de Dios) acudiendo. a la Reina de de1ós y1 tierra. ¿'Quién la llamó en su auxilio JJ' no fué socorri<io? Di2~ mi seráfico doctor San Buenaventura: «Lo qu,e María qúiere ,es que se acuda a Ella con devoción. y1 r,ev,er.encia; a los .que así se llegan a sus plantas 1os ama, los bendice y, los :aoep\- ta por hijos» ( Stim. div., pág. 3). . Antes p,er,eoerá el cielo !J' la tierra que María dej,e de presr– tar todo su apoyo al que en Ellla 00111;fía y1 '.la invoca con ver•, dadero f,ervor», dioe Blasio. San Bernardin,o de Sena ll~gó a decir: «Que j:odos los dio1c nes y. todas las gracias !:J' todRs las virtudes :se dtstribuy1en· .._p:or mediación de María, y1 las 1 dla a quien quier,e, cuando quiere y, corrÍ-o quier,e». · EJEMPLO.-Refier,e San Ligor¡o que en una ciu.d'ad d!e Es– paña· vi.vía un caballero i~pío que jamás se había _confesado. Sólo tenia la buena costumbr,e de r•ezar cada d'ia Utl¡ Avemart«; En el trance de la mue*e s,e 1e apar,~ció ea sueños la Madre 1 1

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz