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- ió6 mente causa la muerte; pues de lo contrario ;;e acabarían .los hombres, toda v,ez que es ilícito· tener sucesión de hijos fuera de ese santo ,estado del matrimonio. Al elegir estado debemos poner la mira en aquel en ei cual mejm podamos servir a Dios, evitando el pecado, practicando las vrrtudes cristianas y1 .así al– canzar nuestro último fin, que es el cielo. Para algunos será el santo. matrimonio (,en este ,estado hubo y hay ahora muchos santos), para otros el consagrarse a Dios en el sacerdocio católico o en una Orden ,o, Congr,egal– dón religiosa. Un aviso: quien \éea por experiencia propia que no puede! guarda1· continencia, de ningún modo abrace el sa!– oerdocio católico, ni la vida de religioso, porque sería sac1eri- . dote o religioso sin castidad, sacrílego, perjuro, infkl. al voto de pureza prometido, sería como otro Judas que veñare y, en¡– ¡trega a J1esucrist01, 11 1 ,eso. es horrible 11' monstruoso. Ese tal debe tomar para sí el cons,ejo d,2 San Pablo ,que dice: Si no tienen don de coniine,ncia, cásense. Pues más vale casarse qne .:ctbra,,– sarse (1 Cor., 7, 9). El asunto de la vocación a este ,o al otro estado general– mente es muy, desconocido y por algunos despreciado, par•e,ciéin'.• do1es que ,es lo mismo vivir en •el e,stado que Dios quiere o en el que uno escogió por su propio capricho, sin consultar con Dios; de donde proviene que muchos viven malame¡nte !J después ,de una vida desgraciada, lle::ia de remordimientos, se exponen a caer ,en ,el infierno.. Todos los Santos Padres, Doctores, ascéticos y1 teólogos ,ha.~ blan con muéha seriedad e ínterés cuando· hablan sobr,e la ele,q, ción de estado. Dice San Ligorio: «Está fuera de toda duda que nuestra eterna salvación dep,ende principalmente de la elección de estado». El V. P. Graaada añade: Q«u la elección de estado es la rueda maestra de la vidia; y: así como descompuesta la rueda principal de un reloj queda todo desconcertado, de una manera parecida sucede si erramos ,2n la •eiección cle estad'o». Joven .o doncella, bieri mer,eoe p,ensar10, y, pedfrr a Dios,. «¡A cuántos des'– _venturados jóvenes veremos condenados ,en el d'ía del Juicio por no 'haber obedecido al di\'ino llamamiento!», dice San Ligorio, Y contestando a un jo1ren que pide conséjo al mismo Sant9, - le dice así: «Aquí solamente 1e diré ,en pocas palabras que el negocio de la elección de estado, ,es die .capital iwportanda, p,or dep 1 ender de él la salvación etenna. Eil que abraza el estado, a que Dios le llama, fácilment2 se salvará; pero ,el que desoyle la voz del Señor será difícil, mej.or diré, será moralmente impO[· sible que se salve. La may 1 or parte de los réprobos ,están en el infierno por ,no haber correspondido al llamamiento de Dios,.¡,. Por tanto, si usted quiere acertar en la el;ección de ,estado, pro1- cure que no Ie caiga de la consideración la hora de ·1a muerte y·, pueslo en aquel duro trance, mire bien, el géinem de vida que hubiera querido Uev:ar». (La vocación religiosa.) Dichoso el joven .111 la doncella que acierta ~n Ja ,eleocióln de estado y: se coloca en el que Dioo guier,e; cualquiera que sea el :estado, de matrimonio, de sacerd'ote católico, de .religioso o abraza el estado de celibato en ,el siglo; pues sabido es, que
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