BCCCAP00000000000000000000530

104 - La Orden Franciscan:a en la defensa de esa doctrina de la Concepción Inmaculada de la gloriosa Madre ,de Dios, María Santísima, fué la capitana defen;sora de tan valioso privilegio de la Virgen; sobre todo, desde que el Beato ]llan ,Dun1s E[sco~o venció a los teólogos que pensabanj en contra de este misterio con este sencillo argume[ltto: Dios pudo hacerla Inmaculadij., porque todo lo puede. Convenia que la hiciera Irrmaculada por– que se trl'!taba de la Madre de Dios. Luego la 'hizo Inmaculada, quedando e1'enta de pecado origin',al. Joven m~y, amado: Por lo que dejo dicho., hemos visto el · entusiasmo !:l' el f.ervor constante de. todo el mundo cristiano y, católico en defender Jos privilegios de María Sar(tísima y, cuán– to se esforzó por amarla y: honrarla. Nosotros no podemos n'i debemos ser rrtenos que ellos en amar y. horrrar cada día !J' oonsl– tantemente a 1 rruestra Madre Purísima i;on el rezo diario (si Plfe· de ser en familia) del Santo Rosario, las tres Avemarías al le– vantarnos y· acostarnos y, cuando da la hora el reloj. Mucho agradaría a 1a Virgen que todos comulgáramos en todas sus festividades y, en oad'a sábad:o a Ella ·consagrado. . EJEMPLO.~Sucedió en el reino de NápoJes. Uiia · señora !ué a un convento de Padres R•ede:ntoristas para tomar .consejo de uri Padre y, le dijo: Mi •esposo hace Y'ª muchos afl0s que no se confiesa !J' cada vez que se lo aconsejo me apalea. Ya ,11,0 sé qué hacer para que lo haga. El Padre le aconsejó que le di-ese una estampita de la Inmaculada. Por la n(oche _volvió ,a rogarle que se confesara y, viendo que 1 nro le hacía caso Ie dió una estam:· pita de la Virgen. Apenas la recibió, dijo. a su esposa: ¿ CuánJ.do quieres que me confies·e? Pronto estoy,. La buen!a muj,er se echó a llorar ·de alegría. · A la mañana siguiente fué a conlfesarse. Hacía veintinueve años que n:o se confesaba. Adiós. Manda a tu afectísimo en Jesús, M¡aría y1 José. P. PACIFICO CARTA XXXI . Es María Santísima la m'eior cons,e¡era J' ayudadora en la elección de estado,- cnalqaiera que él sea. Carísimo joven: Tú !J! yo tenem·os fe en Dios y1 _firmemmte creemos en las promesas que tiene hechas,, de premiar a los que fielmente le sirven Y' en las amenazas de castigar a quien Ie ofende. Creemos también que nosotros tenem!os dos frnes: fin inme– diato Y' fin mediato. El fin inmediato en este mundo que consiste. en servir a Dios

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz