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Que no le empañen las nieblas. que los humos no le manchen. ni las cóleras intenten en él aguzar puüales ... Tristes los aires del mundo que son alientos de cárcel. El aire de Asís parece que está esperando a los y pone para la súplica los cielos a nuestrn alcance. Es purn como un cristal, fresco como el de un oasis: es un libro de oraciones embellecido de imágenes. Las hojas de los otoños son hojas de sus misales. Es virginal, y penetra sutilísirno en la sangre. * * * Francisco, mi buen Francisco. desde que tú respiraste. están cercanos los cielos y está perfumado el aire ... 59