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Allí sonó el Evangelio con claridad y sin glosas. Allí vivieron los «doce» con el pan de la limosna ; Clara cortó sus cabellos; Inés arrojó sus joyas ... Allí Francisco gustó anticipos de la gloria. Un día de tentación las zarzas le dieron rosas al contacto de su carne castísiima y vencedora. En premio de aquella hazaña escuchó una voz sonora : «-¡Ala capilla, Francisco!», y cortó zarzas y rosas. * * * Los ojos del Pohrecillo se abrieron como magnolias ... Sobre el altar deslumbrante estaba Cristo en persona; a su derecha, la Virgen, hermosa entre las hermosas ... (Un ramillete de arcángeles descendía de la bóveda ... ) La música que tocaban tenía luz en las notas, y era como un viento fresco con flores y con alondras. 116