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La mujer tiene un puesto clave en la Humanidad. ¿Lo conocen todas las jóvenes? ¿Piensan en él? ¿Es en su men– te móvil de vida? En la creación Dios dijo que hacía a la mujer para el hombre; en simbolismo misterioso la saca d-31 hombre. Esta acción no fué un acto transitorio; fué el esta– blecimiento de la base sobre la que había de moverse la exis– tencia de la mujer. El hombre existe para la mujer, pero no del nusrno mo– do que la mujer para el hombre. El hombre, dice San Pablo. para Dios y la mujer para el hombre. Esta orientación hacia el hombre, que la mujer tiene por ordenación divina, no quiere decir que la mujer carezca de personalidad. La rn11- jer tiene un destino personal, pero el camino de la realizc1- ción de este destino personal tiene una proyección hacia ÍUf\– ra, hacia el hombre. La mujer es un ser público en el sen– tido más alto de la palabra. Esta proyección creacional de la mu¡er hacia el hombre se podría concretar en esta frase: espiritualización de la vida humana, con la doble bifurcación de ejemplaridad ,– apostolicidad. La mujer existe para ser en la tierra rayo de luz por donde el hombre vaya a Dios y lo entrevea. La mu– jer no es una flor ni un jilguero, aunque se lo hayan dicho muchas veces los hombres. Yo creo que se le ha dicho con exceso, y el oirlo tanto ha hecho daño a la mujer. La ha 98

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