BCCCAP00000000000000000000528
acción escandalosa, s1110 por el efecto natural que produce en los demás. Una acción nimia, al parecer insignificm1lt\ puede ocsionar por circunstancias o modos un pecado grdvÍ– simo; poner esa acción voluntariamente y con conocimiento, al menos confuso, de sus efectos, constituiría pecado mortal. La conducta de una joven en público puede en muchos ca:;os causar este nrnl grave. El escándalo activo es más gnn-e en unas personas qu,~ en otras, aun en el caso de iguales acciones externas, según que ejecutadas por unas o por otras susciten mayor o me– nor tentación. La maldad del escándalo dependP Pn mucho de las personas, modos y circunstancias. Se puede cometer un pecado dP escándalo de amplias responsabilidades sin que la persona culpable se dé cuenta de ello en el momento de coniet0rlo. Dicen los teólogos que, las acciones sostenidas no necesitan para ser voluntarias ad– vertencia actual de la mente en cada uno de los instantes en que se están ejecutando; es suficiente que la haya habido en un momento cualquiera. La joven que conoció la maldad, por ejemplo, de su presencia indecente en la playa el primer día que se presentó de esa manera, aunque más tarde no reflexione sobre el pecado de su acción, mientras no cam– bie de conducta, es responsable de la maldad del acto exter– no que ejecuta, puesto que es voluntario en virtud del co– nocimiento tenido anteriormente y no rectificado. Una joven que puesta en el templo en devota oración suscita por sus vestidos impropios y prohibidos por la autoridad competen– te, tentación a los allí presentes, se hace reo de esos peligros y sus consecuencias naturales siempre que haya habido un momento anterior en el que esa joYen conoció la indecen-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz