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Para llegar a formarse una conciencia recta rnbre la.~ res– ponsabilidades personales y comprender toda la verdad de les enseüanzas de este libro, las jóvenes necesitan po•cer conceptos exactos sobre el pecado y, sobre todo, conocPi· b naturaleza de los pecados internos y los modos de coopc•·:1- ción al mal. Son pecados internos el deseo, el gozo y la llelcctación mental. Como el pecado estú siempre y sólo Pn la volunta¡l y ésta es facultad interna del alma, propianwnte el pecado es siempre acto interior, aunque no pocas veces ~e pnrn'ct,, fuera y reciba por las circunstancias externas espPcial 0:ra– vedad. Es pecado de deseo el acto de la voluntad que bu-;ca ol mal, el deseo mira al futuro. No ha de con fundirse ol sim • ple deseo con el propósito que es un deseo efica7, pleno. con determinación de realizarse. El deseo puede ser condiciona– do, cuando se le sobordina a una condición. Cuando la con– dición quita la razón de pecado, entonces el deseo pierde su maldad. Hay deseos veleidosos o dubitantes que no llegan a pecado al menos mortal porque en ellos la voluntad no se ha decidido plenamente. Yacila. No hay que confundir tampoco el deseo con la imagina– ción. ni con el mal pensamiento ni aún con la sensación, m{¡s o menos agradable que el mal aprehendido por la men- 70