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llegase a pensar de otro modo y se la dejase indef Pnoa y sola ante los enemigos de su honor. Sin que sea en absoluto rebajar en nada a la mujer, es cierto que su honor es mús rompible que el del hombre, por– que estú apoyado Pn cosas al parecer insignificantes que la mujer con facilirlad deja de V(T como ckfonsas pnícticamen– te imprescindibles de su honor. La relación de estas menu– dencias con el honor femenino la comprende mejor el hom– bre, por lo mismo se hace mús culpable cuando abusa de la inconsciencia de la mujer para ofenderla postei·gando su de– ber ele caballerosidad para ampararla y guardarle su honor. La particularidad del honor frnwnino decimus que (:',tÚ en que se sm;tiene en cosas pequPfias, en 1nuchas cosas pe– quefias; ello obliga a mayores cuidado" y Yigilémcia y oprime a la mujer con mús graves exigr•ncias. Aüorar la mujer las lihc,rtades e~ suspirar por su clPshonor. Un chiste oído con marcada intención, una aclitml des– envuelta, una cierta f''.Lrnliada !JUSlura corporaL una libT– tad en las formas sociales de conviYencia, son suficientes para que mm mujcT quede .~in honor ,mtP los hombres. Si a nú me preguntaran la.e; mujeres por C]lll' e-,as 11i:;1;;m– ficancias producen efecto tan grave, les daré e½ta explica– ción: El honor se fundamenta en la estima; el honor es pre– cisamente el respeto que la dignidad imprime en la concien– cia de los demús. En el momento que una persona no rPfleja soberanía, dignidad, pi0rde estima, queda sin honor. El halo de dignidad humana se pierde cuando se ejecuta una acción que rebaja esa dignidad ante los demús: que hace sentir que

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