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La 110,.:ela frccnentenwnle pervierte el concepto del amor. reduciéndolo a sentimentalismo pasional egoísta; y el amor ,ano no es eso. al n1enos no es sólo eso. ¡ i Para engaüar, desde 1111 libro. Los hombres nos fiarnos ya muy poco los unos de los otros, estamos desengañados, en cambio. de los libros todos confiarnos, con frecuencia derna– simlo; como J10 atacan nuestro amor propio y no gritan y uus halagan. los hacemos pronto nuestros amigos. Está dicho que el mejor amigo el libro, pero esto no es cierto. El mejor amigo el mejor libro, eso sí. Hay libros que matan y matan a traición, por la espalda. Conocer, pues, al libro es tan necesario corno conocer a los hombres; al fin, libro y hombre son casi la misma cosa. Para dc>fenderse del libro, conocer a su autor. De ordinario In que piensa la mente, eso escribe la pluma; como se vive sP escribe. Los perales no dan manzanas ni las higueras. uvas. Cervantes dijo que la pluma era la lengua del alma. Se rspantarían muchas Jovenes si conociesen la historia personal dP los autores de muchos libros que gustosamente !PP11. Cierlo que a veces los escritos no manifiestan la vida (lc'l autor, pero en general los libros de novela. sí. Hay lihros qm' están escritos con mente perversa para c1afüu·, y "lt difusión es negocio sucio de personas sin con– ciencia. Con IrecuPncia esos libros están sagazmente escritos parn ocultar la intención maligna y hacer daüo sin sentir. El demonio tiene un gran negocio en los libros. De esta filo– sofía saben poco la, chicas, pero necesitan ir aprendiéndola.

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