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Los l\1etropolitanos de España, en las normas que estable– cieron el 25 de julio de 1950 para la Prensa que desease os– tentar el título de católica, exigen la prohibición absoluta del anuncio de bailes y salas de baile. DOCTRINA DE LA IGLESIA Sobre el baile moderno la Iglesia tiene doctrina clara )" dura. Los teólogos afirman que muchos bailes modernos son en sí mismos gravemente deshonestos, y otros ocasión pró– xima ele pecaclo grave. Estos no se pueden bailar, aunque no haya intención actual pecaminosa al ejecutarlos. Como exponente de la doctrina teológica sobre el baile PX1 la actualidad lean las jóvenes lo que escriben dos teólogos modernos de fama: «Los bailes de hecho y en concreto re– sultan frecuentísimamente lascivos y escandalosos y prepa• ran la ruina moral de muchos jóvenes y hacen que muchos adultos vivan en pecado. Por lo cual se debe procurar con es– fuerzo que los bailes no se introduzcan y donde ya existen se debe disuadir de su asistencia». Exponiendo seguidamente las razones de esta doctrina clicen que las circunstancias que acompañan y en que se ejecutan esas danzas son tales que «muchas y quizá la ma– yoría de las formas de bailar modernas se deban considerar como gravemente deshonestas». Los mismos autores, en nota, recuerdan la decisión del Sínodo de Quebec (Canadá), condenando por «lascivos en sí

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