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las persona~. e~lo mús hablando dP la mujer. La., corrie11IP~ modernas tienden a igualar a la mujer con el homhn~ l'll lodo, pero la fisiología y sicología fenwninas tienen Céll'ac,e– rísticas y exigencias propias. La mujer sólo dPbe ejPrCCT dP– porte; qw' se ,n-engan con la condición ele su ,exo Y •.u fp. llWJTidacl. Los deporte~ yiolentos no son femP11irnis:>. «En lrn. deportP~ fenwninos hay otro problema qw• se debe t(•ner en cuenta: d dd traje, como elemento clP púhlirn moralidad. I ,a Iglesia no YP con bm•nos ojos la Pxhihición f Pmenina en dPportes público, ni competicionPs. porcrLw ese exhibicionismo lesiona gPneralrncntC' ~11 p11rl01· y snPlc• ser escándalo». ,iLa razón del deportP no justifica la.s faltas rnntra l,1 modestia y el pudor y mucho menos el c•scúndalo. \. sabido es quP p] espectúcnlo deportiyo frn1Pnino es antP todo <' aun– quP no ,,e diga» es¡wct{1culo spxual en lo~ i'spectadorp,.·,. Del ckporlP ha dicho reciPnleme11lt• el Papa J mm XXIII. <,E~ conforme con la ley divina quP despu6~ de haber (lado a Dios lo quP e. de Dios, el hombre concede a su cuPrpo y ;1 su rspírit11 un legítimo escape». Pero lmnhién dijo seguida mente que <Ta nPcPsario no sólo informar sino formar l,1 opinión en lo que conciPnH' al clPporte. ,{y formar la opi- 11ión sobre Pste punto Ps, ante todo, acostmnhrar a dar al clP– portP p] sitio exacto quP 1P corresponde dentro clP las activi. dades humanas. ni muy mezquino. e.s cierto. ni clema.~iado grande. El deporte tipne ,11 Yalor, pern. en su si tío corno ins– lrunwnto útil del dPsarrn11o completo >. armonioso de la per– ,onalidad·•. Y aconsrja el Papa: cY;lar la creación clP mito,, peligroso, l'n Pl deporte. ele aumentar los en lnsíasrno,; de~-