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sí mismo, y que la virtud sea siempre heroicn y gloriosa. Di– vertirse no honra a nadie; oponerse al ansia de diversión, ~í. Luego es más propio del hombre en plan de 11erfección y de mayor grandeza no divertirse, que divertirse, siempre qiw la diversión no tenga razón de deber o conveniencia. Es m{¡, noble, más admirable un albafiil trabajando con suciedad y cansancio, subido a un andamio, que una joven elegante y deslumbrante divertiéndose en una sala de fiestas. Quien se ha acostumbrado a ver en los trabajos y luchas de la vida únicamente su realidad sensible y repulsiva, se incapacita para sobresalir en nada. Ese hombrn, Psa muje,· serán seres adocenados y vulgares. En este mundo. al menos inicialmente. es mas agrada– ble y más fácil ser malo que ser bueno; hacer el mal quP practicar el bien. Por esto son má!; los malos que los bueno~ en el mundo. La naturaleza no ayuda al bien, al contrario. lo repugna, lo resiste. Dejarse Hevar de los impulsos de la naturaleza, es abocarse al ma], al pecado. La virtud es ,efecto ele un persistente y violento esfuerzo por contener a la naturaleza en sus tendencias hacia el mal. alcanzando que sirva al bien. No hay virtud sin lucha, ni sill vencimiento de los impulsos de la naturaleza. La diversión. al menos en el sentido quP. tiene hoy la palabra, es un de– jar de luchar contra la naturaleza, es un condescender cou sus deseos, es liberarla, aflojar sus riendas. La virtud e~ es– fuerzo y triunfo, el pecado es flojera y derrota. Es más glu• rioso ser bueno que ser rnalo. Un santo vale más que CÍPH pecadores, aunque el santo sea analfabeto y los pecndore, genios, porque la persona vale más que su ciencia. :!57
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