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El tiempo lo tiene el hombre como elemento para ganar a Dios. El tiempo de la diversión debe igualmente centrarse eu este objetivo. En cristiano no l!Xiste tiempo de disipación. la pérdida de tiempo, es pecado. e.<; ruina. La conquista de su destino le resulta al hombre, por la condición humana de debilidad y más aún por la herida que el pecado original le causó, trabajosa; realmente la vida tiene un carácter de combate con sus molestias y peripecias. L(h soldados en el frente tienen poco tiempo para divPrsione,. Además la vida humana tiene un carácter penitencial. expiatorio. poco cornpaginablP con la diversión alocada y ex– cesiva. Los pecados no se r,edimen, y es preciso redimirlos. con expansiones pasionales, ni libertades de sentidos. El ciP lo, meta constante :,' básica de la vida humana, SP gana má, y mejor sufriPndo que gozando. padeciendo que divertiéndo– sP; por esto en cristiano es mejor, más conveniente. sufrir que gozar. llorar que reír. En el cielo los hombres se alP– grarán más por haber sufrido que por haber gozado. La Cruz serú la suprema gloria para Jesucristo y para todos los que la llevaron en pos de El. Aún en esta vida, a la larga, sP Yive más satisfecho por el deber cumplido que por el placer gozado. Lo grande y hermoso se conquista, corno las posicio– ne~ enemigas, a tiros y con coraje. ¿Significa algo J)osifrvo para mis lectoras las palabras ele Jesucristo: «Bienaventura– dos los que sufren y los que lloran»? El hombre es el único ser de la creación que siente re– pugnancia a anclar el camino qrn! le conduce a su bien Y atracción por lo que constituye su mal. Esto hace que el hombre sólo alcance su auténtica felicidad en lucha contrn
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