BCCCAP00000000000000000000528

El valor de su honor debe hacer a toda mujer recelosa en su guarda. No olvide que es su tesoro y como tal defién– dalo. Es vergonzoso y hasta inconcebible la pasividad con que hoy las jóvenes se dejan besar y manosear de los chi– cos. Demuestran carecer de pudor y dignidad. Siempre ha sido gloria de los pueblos tener mujeres difíciles, intocables. Lo contrario, ha sido considerado en todas las épocas como signo de degradación y corrupción social. El beso debe ser razonable en su motivación; ni la ma– dre besa a sus hijos a lo loco, ni una hermana a otra lwr– niana, cuanto menos unos novios. Sería razonable en una despedida, en un suceso alegre para los dos. etc. Las chicas tienen idealizado el beso, amor y beso parn c>llas es una misma cosa. ¡Qué cándidas! Yo les aseguro que muchos besos son... esputos. -¡Qué asco' -¿Qué? ¿El espu– to? --No. el beso. 251

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz