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Dios ha hecho que no engaüe d beso de mujer porque la mujPr tiPne que besar mucho a los hijos; que un beso trai– cione a un hombre o a una mujer, estará mal, pero no tiene transcendencia; lo tremendo y lo trágico sería que engaña– sen los besos de madre. Para una joven perder un novio por no dar un beso serú ideal demasiado elevado, pero es un ideal hacia el que debe tender. Cierto que el hombre sabrá pocas veces compren– der la valía de la mujer por esa acción, pero no ha de ser única aspiración de la joven aparecer con méritos ante los chicos; también Dios tiene su juicio de los actos humanos. Por un beso de hombre voluntariamente perdido. recibir{¡ la jovPn un beso de Dios. Para las jóvenes besar nunca ha de ser cosa banal; d beso es un momento muy serio. un beso de verdad nunca SP olvida; para quP su recuPrrlo no amargue a las jóvenes no lo prodiguen, porque quien mucho besa, besa de mentira, y la nwntira de un beso es siempre una traición. Como besar P, dar, la joven que besa mucho, terminará quedando vacía v con la imposibilidad de volver a bf'sar de verdad. Hay dos besos limpios: el que da la madre a sus hijos r el primf'ro qu<' a su novio le da la joven. :VIuchas jóvenes se dejan besar de los novios pensando c¡ue con ello las querrán más; están totalmente equivocada,. Los besos levantan las pasiones y ahogan el amor. Las jó– Yenrs distinguen mal entre pasión y amor. Se puede estar muy apasionado, con ansias locas de besar y de estar junto a la noYia diciéndola a cada momento mil cuentos de amor

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