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en casa, etc., (:110 lo será porque la muier no tierw con qué llenar el alma de su hombre? El amorío es el amor de las muieres que no saben toda– vía amar; cuanto una mujer tiene más alma, más lejos estiÍ de amoríos. El amorío es amor raquítico, amor de niña. Joven, aprende a amar sin manchar. Que el hombre a tu lado gane; que encuentre fuerzas para luchar en la vida. para ser mejor. Nunca ti, dejes llevar de la idea de que si no Pres focil a sus momentos de pasión, te juzgará fría e in– capaz de hacerle feliz. La felicidad del hombre no está Pn la pasión que es momentánea. No le hagas caso, pasados los 1nomentos pasionales, si no es un sinvergüi,nza. volverú a ti para amarte y estimarte mós. Comprenderá que tú eres su ideal de mujer. No hagas ley de tu noviazgo: ante todo no perderlo; en ciertos casos. perder un novio puede ser gran suerte. La castidad en el noviazgo es siempre fácil para la joven que entrn en él por la puerta. No entra por la puerta la jo– ven que coge novio en la playa, o en una orgía nocturna. Con el novio que entra al noviazgo por la puerta mantener– se sin mancha no es difícil; si hay un momento de debilidad el instinto sano de la joven lo cortarú rápido: ¡eso ñúnca! Y nunca se repetin'i. La joven acosada, lo es por su culpa. No tema la joven perder al novio por mantenerse ante él digna y austera. La chica caída aunque sea con su novio y por culpa de rl, queda en la mente del opresor empequeñecida y vil; siempre. ¿Por qué sino con tanta frecuencia a la mu– jer que profana la abandona el hombre? 225
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