BCCCAP00000000000000000000528
Con el novio poco de «manitas». Dice el refnín: juego de manos, juego de villanos. Contenga la joven su peligrosa prontitud para las confianzas tan pronto como ama, no sea que tenga que llorar después. Ciertas confianzas moderada, Pntre novios con relaciones formalizadas no tienen mayor importancia, pero exigen dominio personal y cierto recelo por la propensión natural en esos casos al abuso. El mutuo respeto es condición base de castidad en las relacionPs. Los jóvenes que han andado con muchas chicas. suelen ser simpáticos, pero se enamoran mal y suelen ser poco res– petuosos con la novia. De entre esos jóvenes salen la mayo– ría de los infieles a la fe conyugal. La joven no debe mostrarse demasiado pasiva ante la., muestras de afecto disculpándose con que ella no peca; s€: puede equivocar; ya dice un refrún aldeano que lo mismo peca el que mata que el que tira de la pata. Pecar no es sóln sentir voluntario, lo es también colaborar, dar ocasión. Pe– cado del hombre que sin la acción o consentimiento de b Joven no se realizaría. se le atribuye y de <'1 se hace respon– sable. Sepa la joven que es mucho mús difícil que el hombre dé o reciba muestras de afecto de una joven sin pecar. que ella. No juzgue, pues, ele la maldad de las confianzas con el novio por lo que ella sintió o buscó, sino piense lo que pudo sentir y buscar él. Pero no se lo pregunte, porque si pecó. por lo regular la engañará, o por delicadeza o por picardía para que no se ponga en guardia e impida posteriores in– tentos. 223
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz