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lujuria. El joYen que pide en la taquilla dos asientos en las últimas Iilas, en aquellas que sabe hay más oscuridad, d,1 indicios manifiestos de que va al cüw con la chica con mala intención. Yendo con u11 chico al cine la joven decente debe ser pre– visora para escoger ella la película que han de ver. o al me– nos conocer anticipadamente su clasificación. Es altamente vergonzoso que una joven esté presenciando delante de su novio las escenas rastreras y sugerentes de personajes y am-– hientes infames. La joven que voluntaria y agradablementr las presencia manifiesta a su novio que le gustan y en el fondo que las desea. Esto bastará para que el chico se sien ta tentado a complacerla. Oh, si las jóvenes conociesen la, causas de muchas situaciones desagradables en que se han visto. La joven que en el cine estando con un chico coloca de– licadamente su abrigo o una prenda sobn~ sus rodillas para evitar peligros, da una prueba de pudor y pone alambrada a su jardín. El miedo guarda la viüa, dice el refrán. A solas con el hombre la joven nunca está sin peligro, no verlo o no creerlo, o es ser tonta o mala. La joven no debe consentir que el novio le esté dicien– do constantemente tonterías, ni halagando siempre su vani– dad, ni menos piropeando su cuerpo. El joven que tal hace rstá diciendo que los objetivos y aspiraciones sobre su novia ~on muy bajos y egoistas. El joven que sólo estima a la mu– jer por su belleza externa demuestra no conocer ni valorar los superiores bienes de orden moral y espiritual. La mujer no es bella como un jilguero, ni bonita como una canción. p, más, mucho más. 222
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