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y por eso no faltarán qwenes allí ,,muy simpáticamente"> las animen a beber y a alegrarse, no por verlas alegres, sino para encontrarlas fáciles y pasionales. Sospechen las jóYene, de los chicos que insistan en que beban. En las excursiones nunca te separes del grupo acepla11- do paseos con un chico solo, aunque sea el novio y muy for– mal. Todos somos formales hasta el momento en qu0 de– jamos de serlo. No vean las Jovenes excesiva inocencia en tales excur~rn– nes y diversiones con chicos. que no suele halwr ningun,1. Si a veces la hay pronto la liviandad de los peores y la ma licia de todos acabarán con ella. Recuerden las jóvenes lo que yn hemos dirho. qne a la mujer las tragedias la cogen siempre por sorpresa. l\Juchas lágrimas vinieron por el camino de luz clP nna rnuv alPgn' excursión o diversión. Dos jóvPnes solos de paseo ("ll un coche ftwra de pobln– do, nunca. aunque sean santos. Ya dice el refnín: Pntre san– ta y santo, pared de cal y canto. Es escandaloso )' muy p '– ligroso. No ronfie porque una vez fueron y no pasó nada. Se puede volar en un avión averiado y no matarse, pero nadil' por ello repite la aventura. La asistencia al cine de los nov10s juntos constituye igualmente grave peligro; la oscuridad y muchas e,cenas d,, la pantalla son ocasión de pecado, que a los jóvern> costarú no aprovechar. No pocos invitan ya a las chicas con la mal– vada intc>nción dP buscar ocasión para bajas experiencias cL 0 221

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