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te lo que no quiere: levantar lo bestial que duerme en L1 naturaleza del hombre para ser ella la primera víctima. Cuántas jóvenes inconscientes y atrevidas han entregad() ,11 honor a profesionales del vicio, pensando qtw trataban cun caballeros. Olvidan las jóvenes que puede un homhru .ser muy fino, muy agradable, muy simpático y a un rn1smcl tiempo un degenerado, un calavera. El triunfo de la pasión nunca es triunfo humano, e, sólo triunfo de Satanás. No espere la joven entrar por ese cami-- 110 en el matrimonio con la frente levantada. Triunfar 1111 día. no es triunfar, si por ello se va a llorar muchos aüos. Desconfíe la joven del novio que le exije la manifesta– ción de sus intimidades pasadas; no sea cándida, hay secre tos que nadie sin ofensa puede saber. Lo menos malo qtw puedP pensar en tales casos es que su novio es indelicaclo. No juegue la joven con el amor que ha ele constituir ma üana la dicha de su hogar. Dígase con frecuencia: No quiero que mi amor pueda ser más tarde motivo de vergüenza ante> mis hijos. lTn saludo afectuoso, una sonrisa a quien ,profanó 1 u honor, es un aplauso a su infamia y una invitación a que la rPpita. Con ellos te harías tan mala como lo fu(, (,J. Reir un chiste verde de tu novio, es decirle que te gusta y lo deseas; es ponerle en fuerte tentación de vivirlo en ti: es casi una seguridad de que te faltará al rPspeto. porque conoció que no lo tenías. 21!1

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