BCCCAP00000000000000000000528

hogar y de la maternidad la joven debe portarse en la ofi– cina con prudencia, recato y recelo. La joven no debe presentarse en la oficina llamativamen– te arreglada y más si ha de convivir con personal casado. Si. la modestia y recato es ley obligada de vida pública feme– nina, más aún en la oficina en la que las circunstancias de convivencia y tiempo agravan los peligros. Las jóvenes que conscientes de su situación y peligros toman determinadas precauciones para impedir peligros obran acertadísimamentP. Cruzar las piernas, máxime con vestidos estrechos y cor– tos, tomar ciertas actitudes y libertades no pasarán desaper– cibidas ni dejanín ele traer repercusiones pasionales quP quitarán la paz en el trabajo y el respeto mutuo. La mujer en la oficina debe hacer VPr con su conducta a los compañe– ros que es persona seria, consciente y no juguete fácil de pi– cardías. De Pste modo tiPne mucho adelantado para evitar peligros y sorpresas. Si alguna vez surgen por momentáneas imprudencias y debilidades humanas, la joven debe cortar ra-– dicalrnente y al principio. Si espera o es indecisa, haciendo sospechar al tentador que terminará cediendo, él intensifi– cará el acoso. Que sepan los hombres que no es fácil ni m– consciente. La chica frívola o que se muestre como tal, es– tará en todas partes rondada por las pasiones bajas de los hombres y raro será que al fin no termine todo ello en tra– gedia. El trabajo de la mujer en diaria convivencia con los hom– bres está ocasionando la desaparición de la galantería. que tanto lamentan los espíritus finos. La mujer para ser ado– rada necesita mantenerse a distancia y entre celajes de mis– terio y en las oficinas está demasiado cerca y transparente. 1H 1

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz