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232 fli.A'i H:I.ICIANO DE VENTOSA, O. J'. M. ··•·••······ .. ·········•· .................................... ·---------···-··-····--·····················-···-······-···•·--· lo indica el P. Nazario Pérez, S. J., al escribir este ponderado juicio sobre la obra del P. Peñacerrada: "La más importante y extensa obra de Mario– logía que se escribió en España en el pasado siglo es la del Obispo de La Habana, Fr. Jacinto Martínez y Sáez: "La Virgen María en sus relaciones con Dios, con los ángeles y los hombres" (1). Creemos, sin embargo, que no siempre se ha ponderado justamente la aportación del P. Peñacerrada a los estudios marianos en nuestra patria y fuera de ella. Esto es el sentir del Padre García García, C. M. F., al observar que "durante el siglo pasado y en poca díferencia de tiempo vieron la luz pública en Francia, España e Italia tres obras muy semejantes (las de Augusto Nicolás, del P. Jacinto Martínez y Sáez y de Fratre Lodovico de Castelplanio). La primera se pro– pagó de modo notable y fué traducido a varias lenguas; las otras dos son menos conocidas; pero cabría preguntarse si el diferente éxito éstá en razón directa de su valor" (2). Por nuestra parte debemos confesar que al leer la Mariología del teólogo alemán Scheeben, hoy tan ponderado, y la obra fun– damental del P. Peñacerrada, La Virgen María en sus relaciones con Dios... (3), no hemos podido menos de establecer muchas veces la compa– ración entre ambos y notar la convergencia de su pensamiento en lo que toca a lo esencial de su doctrina. Esta convergencia aparece ya en el método de tratar el gran tema ma– riano. Tres notas caracterizan el método seguido por Scheeben: fundamen– tación doctrinal en la base positiva de la Escritura y tradición patrística, preferentemente de los Padres Griegos, construcción sistemática en la ela– boración doctrinal y sobriedad estilística en la exposición. Las dos primeras caracterizan asimismo la mariología del P. Peñacerrada: Contra la tendencia de algunos en su época nos dice expresamente (4) qu~ Jmsca fundar sus afirmaciones en la Sagrada Escritura y en la tradición de los Padres. Entre éstos sus preferencias son para los Padres Griegos, a quie-: nes cita con mucha frecuencia. También la mariología del P. Peñacerradij tl) llistoria mariana de Espa11a, t. 4, p. 164. En Bst. Marianos, 7 (1948, 295, emite un Juicio parecido en estos términos: "El que más y mejor escribió la Mariología en el si– glo XIX (en España) fué fr. Jacinto J\fartínez y Sáez." · (2) En 1/ustr. del Clero, 36 (l 9·B), 74. (3) El P. Andrés de l'alanzuelo, en su obra Vitalidad Seráfica, v. I, 234-237 (1fa~, drid 1931), nos da el alenco completo de las obras del P. Peñacerrada. Para nuestro e~tu·lio nos hemos servido ante todo de su obra fundamentar, La Virgen María en sus relacio11er cmi lJios, con los Angeles y con los Hombres, según la segunda edición, notablemente ~orr':!~i-– da, de 1887, ?lfadrid. (La primera edicic'm que apareció en tres vals. en 1868, Madrid.) Sus otras obras marianas desarrollan parcialmente diversos temas de la obra fund:i-nental, pero sin añadir substancialmente nada nuevo. Las utilizamos para corroborar la doctrina ~xpucstá en su obra fundamental. . (4) Cf. La Virgen María ..., p. 22.
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