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alianza con el Pueblo de Israel, dándole el Decálogo o los Diez Man– damientos, como se nos dice en los libros Sagrados del Exodo, ca– pítulo 20, y Deuteronomio, capítulo 5. La finalidad de esta alianza es proporcionar, a los hombres de buena voluntad y de recta conciencia, la posibilidad de una recon– ciliación con El, mediante el amor manifestado en el cumplimiento de sus Mandamientos. Y esta oportunidad de reconciliación no es exclusiva del pueblo elegido -Israel- sino de todos los hombres, puesto que Dios quiere que todos nos salvemos. Es natural, por lo tanto, que tengamos muy presente el consejo de San Pablo: «¿Es que quieres despreciar las riquezas de la bondad de Dios, de su paciencia y de su benignidad no reconociendo que su bondad te impulsa a la penitencia?» (Rom 2, 4). El humilde reconocimiento de nuestros pecados, el apartarnos de los mismos y someternos libre y alegremente a su Ley salvadora, es elegir acertadamente el camino de la salvación providente que nos ofrece el amor de Dios. 5_.-Peligros en la observancia de la Ley Elocuentes y claras las advertencias del Concilio Vaticano 11 en la «Declaración sobre la libertad religiosa», n. 0 9: «Los hombres de nuestro tiempo son presionados de distintas maneras y se encuentran en peligro de verse destituidos de su propia libertad de elección. Por otra parte, son no pocos los que se muestran propensos a rechazar toda sujeción so pre– texto de libertad y a tener en poco la debida obediencia a las leyes que rigen toda comunidad humana.» En primer lugar, sin llegar a un infrahumano y diabólico «lavado de cerebro», que destruye la personalidad y libertad humanas, se dan circunstancias en la vida moderna que, por medio de una propaganda sistemática y el uso y abuso de los medios de comunicación social, coaccionan, disminuyen o anulan la autodeterminación y libertad del hombre, convirtiéndole en esclavo seguidor de ideas y modos de obrar que otros, más o menos ocultamente, le proponen ... El único remedio eficaz contra estas presiones externas es la formación de entendi– mientos y voluntades que se encaminen por las sendas de la libertad humana de los hijos de Dios. 60