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La libertad que Cristo nos proporciona, nos eleva y dignifica. «¿Ignoráis que cuantos hemos sido bautizados en Cristo Jesús , con su muerte hemos sido bautizados? Por el bautismo hemos sido sepultados con El en la muerte, para que así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así nosotros caminemos en una vida nueva. En efecto, si nuestra vida está íntimamente unida a El en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Debemos saber esto, que nuestro hombre viejo ha sido crucificado con El a fin de que sea destruido el cuerpo de pecado y dejáramos de ser esclavos del pecado, porque quien ha muerto queda libre de pecado.. . Así vosotros considerad que estando muertos al pecado vivís para Dios en Cristo.» (Rom 6, 3 s). Por estas razones, que. nos expone San Pablo, debemos apreciar en todo su valor y grandeza la gracia de la libertad en Oros, y uti- 52