BCCCAP00000000000000000000526

2.-Anunciación y Encarnación San Lucas, el confidente de la Stma. Virgen, nos hace en el primer capítulo de su Evangelio (vers. 26-38), la relación clara y sencilla de la embajada del ángel Gabriel para anunciar a María el misterio de su maternidad divina, sin pérdida de su virginidad y el nacimiento del Hijo de Dios que sería también su propio Hijo .. . y le pide el consen – timiento . «El Padre de la misericordia quiso que precediera a la encarna – ción la aceptación de la Madre predestinada, para que de esta manera , así como la mujer contribuyó a la muerte, también la mujer contribuyese a la vida . Lo cual se cumple de modo emi– nentísimo en la Madre de Jesús por haber dado al mundo la Vida misma que renueva todas las cosas y por haber sido ador– nada por Dios con los dones dignos de un oficio tan grande ... <<Así María, hija de Adán, al aceptar el mensaje divino, se con – virtió en Madre de Jesús, y al abrazar de todo corazón y sin entorpecimiento de pecado alguno la voluntad salvífica de Dios, se consagró totalmente como esclava del Señor a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo con diligencia al misterio de la redención con El y bajo El, con la gracia de Dios omnipo– tente.» (Const. Iglesia n. 0 56). 3.-Colaboración de María a la obra redentora 22 «Esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte». (Const. Iglesia, n. 0 57). Puesto que: a) Le cuida y sirve maternal y amorosamente durante su infancia y durante los treinta años de su vida oculta. b) En la vida pública suscita con su intercesión el comienzo de los .milagros de Jesús en las bodas de Caná; escuchando y guar– dando en su corazón la palabra de Dios; avanzando en la peregrinación de la fe y manteniendo su unión con el Hijo hasta la cruz; presidiendo y avalando la oración de los Apóstoles en el cenáculo; implorando el don del Espíritu, que en la Anunciación ya la había cubierto a ella con su sombra. e). Después del triunfo, resurrección y ascensión de Cristo, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por