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El joven sutil téologo franciscano, Juan Duns Escoto, concretó la célebre fórmula concluyente: «Potuit, decuit, ergo: fecit !»: «Pudo, convenía, luego: ¡lo hizo!» Es lógica consecuencia, intuitiva y cordial. Dios pudo liberarla del pecado; era conveniente que lo hiciese; por lo tanto, lo hizo. Como dicen los versos populares: «¿Quiso y no pudo ?-No es Dios. ¿Pudo y no quiso ?-No es hijo. Digan, pues, que pudo y quiso». Y... el dogma de la Concepción Inmaculada de la Madre de Cristo fue definido como tal, por S. S. Pío IX, el 8 de diciembre del año 1854. . ":Hágase en mí, segúr> tu pa- r l;;bra». 21
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