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2. María, camino de Jesucristo En el amplísimo campo de posibilidades que pudiéramos imaginar, nuestro Redentor -Jesucristo- pudo hacer su en– trada en la Historia, en el gran teatro del mundo, de un modo más espectacular, sorprendente y maravilloso que naciendo Niño en un Portal de Belén ... Pudo, pero no quiso. La Santísima Trinidad decretó, graciosa y divinamente, la in– tervención libre y meritoria de la Virgen María, pidiéndola su consentimiento, en el plan de la Redención . «Los libros del Antiguo Testamento , del Nuevo y la Tradición venerable, manifiestan de un modo cada vez más claro la función de la Madre del Salvador en la economía de la salvación y vienen como a ponerla delante de los ojos ... evidenciando poco a poco, de una forma cada vez más clara, la figura de la Mujer, Madre del Redentor ... «Con María , Hija excelsa de Sión, tras la prolongada es – pera de la promesa , se cumple la plenitud de los tiempos y se instaura la nueva Economía , al tomar de Ella la naturaleza humana el Hijo de Dios, a fin de librar al hombre del pecado mediante los misterios de su hu– manidad.» (Const. Iglesia, n . 0 55). 1.-Dios prepara su camino y sagrario viviente De los hijos de mujer, única y exclusivamente Jesús pudo elegir y preparar Madre a su gusto. Hemos logrado, a fuerza de técnica, vencer y pasar la «barrera del sonido». Dios, en su eternidad, está por encima de la barrera del tiempo. Por eso, en virtud de los futuros méritos del Redentor, y aplicán– doselos a la que sería su Madre, la prerredime de toda culpa, aun la o ·¡ainai, y la adorna con el singula r priv ilegio de su ;nmacu~ad? r, . ,. r..,,,or ,.::0pcmr:. ? ~;.),~ dogmas, como éste, t ienen una tradición rnn firrnemenH.~ ~.ma1~120a y se apoyan en p; uebas tan razonab les y convi.1 sentes. 20