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4.-Maldición y humillación eternas Los que quisieron ser en su vida enemigos de Dios serán eterna – mente humillados: en la vida creyeron que podían prescindir de Dios, y experimentarán, ya sin remedio posible, que sólo al lado de Dios, viéndole y amándole se encuentra la felicidad que ya no es para ellos, que han perdido la esperanza . Dante, en su «Divina Comedia», dice que en la puerta del infierno hay un letrero que anuncia: «perded toda esperanza los que aquí entréis». No podemos asegurar nosotros la condenación de los pecadores, pero sí podemos pensar, por las circunstancias externas, en la po– sibilidad de condenación de algunos que han muerto desesperados. Voltaire, había presumido de ser enemigo declarado de Dios y su Iglesia. -Doce pescadores -decía- fundaron el cristianismo, y yo, en veinte años, voy a destruirlo. Enfermó muy gravemente y, atendiendo el primer aviso de Dios, llamó a un sacerdote y se confesó. Pero, una vez curado, volvió a es– cribir violenta y soberbiamente contra Dios. Enfermó por segunda vez de muerte y volvió a pedir un confesor, pero el filósofo D'Alembert y algún mal amigo más, impidieron que el sacerdote llegase hasta él. Voltaire, desesperado, maldecía y gritaba . Se sosegó momentánea - mente y preguntó : -¿Qué hora es? -Medianoche - le contestaron . -¡Medianoche! ¡Esta es la hora en que va a comenzar mi mal - aventurada eternidad! Fueron sus últimas palabras. El mariscal de Richelieu, testigo presencial , salió tembloroso de la habitación, exclamando: -Ahora creo que hay un infierno. ¡ Con su muerte me lo acaba de demostrar Voltaire ! PARA TU CUADERNO 1) ¿Crees que las parábolas de Jesús eran un cuentecito para entretener a sus oyentes o una realidad que quería enseñar con comparaciones? 162
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