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Los padres recomiendan prudencia en los juegos ... Dios nos advierte que no jugutJrnos con nuestra salvación. 3.-lnfierno y sus penas A) De la existencia del infierno nos habló Jesús repetidas veces, como en la parábola del rico Epulón anteriormente anotada: al hablarnos del juicio; del castigo de los escandalosos ... B) En cuanto a sus penas, también nos ha dado Jesús los sufi– cientes y repetidos detalles para conocerlas y temerlas: 1) La de daño, o separación de Dios, la privación de su visión y posesión, que es la mayor pena y tormento de los condenados: «Apartaos de Mí, malditos ... » (Mt 25, 41 ) . 2) La pena de sentido; o diversos tormentos que harán padecer al condenado. Jesús nos habla: «del fuego inextinguible» (Mt 24, 41 ), «del gusano roedor de la conciencia y del fuego que nunca se ex– tingue» (Me 9, 48), «del llanto y crujir de dientes» (Mt 13, 42). 3) La eternidad de esas penas. 160