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Conviene vigilar con la mirada atenta al puerto de la salvación. «En Jesucristo brilló para nosotros la esperanza de una feliz resurrección; para que, a quienes entristece la ineludible nece– sidad de morir, queden consolados con la promesa de la in– mortalidad venidera. Porque a vuestros fíeles, Señor, no se les quita la vida, sino que se les cambia en otra mejor; y al des – hacerse la casa de esta morada terrena, se consigue en el cielo una habitación eterna.» 2.-Necesidad de vivir vigilantes en espera de la muerte corporál º Puesto que desconocemos las· circunstancias externas: el tiempo, el modo y lugar en que nos sorprenda la muerte, esa misma incerti– dumbre nos debe obligar a seguir el consejo de Jesús y vivir vigilantes ya que: «no sabemos ni el día ni la hora» de la llamada del Hijo del hombre (Mt 24, 36 ss; 25, 1 ss). El mismo sentido tiene el consejo de San Pablo a los Gálatas (6, 4-10) cuando les dice que «mientras tienen tiempo obren el bien .. . 149